Lleida ha vuelto a vivir con solemnidad la procesión de los Dolores que se celebra el Domingo de Ramos. La salida de los Armados del Oratorio de los Dolores ha precedido la procesión, que como es habitual ha reunido a miles de personas por las calles donde ha transcurrido. El obispo de Lleida, Joan Piris, ha presidido la procesión penitencial, conjuntament con el alcalde de la ciudad, Àngel Ros, y los priores de la Congregación de los Dolores, Fernando Gracia, y M. Eugenia Capdevila. 

Varias cofradías leridanas con sus túnicas, acompañadas de bandas de música o tambores, penitentes y representaciones plásticas de la vida de la Virgen han tomado han tomado parte. En concreto, han sido doce pasos o grupos escultóricos y más de un millar de personas. 

Una cuadriga romana ha abierto la procesión y le han sucedido los Armados, con los diferentes pasos en representación de los siete Dolores de María. Entre otros, destaca el paso de la Huida a Egipto, que es llevada sobre los hombros por los hermanos cofrades. Este año también han participado los Armados de la Congregación de los Dolores de Bellpuig. Al salir del oratorio, se han cantante unas saetas al tabernáculo de la Virgen y se han lanzado pétalos de flores por toda la calle a su paso. Al tabercáculo, que cierra la procesión, le han seguido las autoridades civiles y religiosas de Lleida que han asistido. 

El recorrido ha sido el mismo que el del año pasado. Ha salido de la calle Caballeros, donde está ubicado el Oratorio de los Dolores, y ha seguido por la avenida de Blondel, la avenida de Cataluña, las calles de Lluís Companys, de Manuel del Palacio, de República del Paraguay para volver por el avenida de Madrid, la plaza de España, las avenidas de Cataluña y de Blondel. 

La procesión ha finalizado en la calle Caballeros, donde en el cruce con Blondel, el paso de la burrita ha hecho la reverencia a la Virgen de los Dolores, que ha hecho el último tramo hasta llegar al Oratorio. Los grupos que han participado en el desfile han hecho un rebote conjunto de tambores en homenaje a la Virgen. 

La Real y Venerable Congregación de Nuestra Señora de los Dolores de Lleida organiza esta procesión, que data de 1753, en el marco del programa de actos de la Semana Santa.

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