El sábado día 12 de junio, a las seis y media de la tarde, tuvo lugar a la Academia Mariana un Retiro de los catecúmenos con los catequistas y el equipo del servicio Diocesano de Catecumenado.

Con una gran alegria asistimos todos juntos al Retiro, que además significaba la conclusión del curso. Todas y todos los asistentes disfrutamos de una tarde donde se respiraba un espíritu positivo y alentador, con una gran predisposición a participar en un encuentro que para muchos de los asistentes podía representar un acto al cual no estaban acostumbrados. Se inició el retiro con una presentación por parte del director del servicio Diocesano de Catecumenado de Lleida, Mn. Xavier Navarro, indicando que el retiro pretendía cantar nuestra fe, celebrarla y compartirla. Para conseguirlo nos acompañaríamos del Padrenuestro, oración cristiana por excelencia.

Como canto de entrada coreamos "El Espíritu de Dios", armonizado y acompañado a la guitarra por Esther Pardina. A continuación se hizo un comentario del Padrenuestro a cargo de dos miembros del Equipo Diocesano de Catecumenado, Esther Pardina y Francesc Domènech. Su exposición la desglosaron en dos partes. Una primera en qué buscaron los precedentes bíblicos, mucho muy escogidos, para continuar con un comentario de cada una de las partes más significativas del Padrenuestro. No hay ninguna duda que se lo prepararon concienzudamente, tanto por su contenido como por su comprensión. Nos lo transmitieron en profundidad, pero a la vez con sencillez, porque todo el mundo pudiera alcanzarlo con facilidad. Charla muy ilustrativa que ha aportado grandes posibilidades a la meditación individual que se ha establecido a continuación.
 

Así, a continuación siguió unos minutos de silencio porque todos los asistentes pudieran meditar e interiorizar el contenido del cual se nos había expuesto anteriormente. Este tiempo de silencio sirvió para madurar y compartir aquello que nos sugiere la oración del Padrenuestro. El diálogo que se produjo a continuación ha sido de una gran riqueza, redondeando el conjunto del Receso. Todos los asistentes ofrecieron su punto de vista de una manera espontánea con unas meditaciones que ayudaron a tomar conciencia de nuestra vida de creyentes. sobresale el siguiente resumen:

‒ Plegaria que nos acerca a Dios y nos hace sentir hijas e hijos suyos. En el Padrenuestro hablamos a Dios como hijos, y lo hacemos en plural. De este modo reconocemos a los otros como hermanos.

‒ La santidad es la calidad más característica de Dios. Resume su manera de ser, que se identifica con su amor y su misericordia. Porque Él es santo, nos salva, aprecia, perdona, libera.

‒ Pedimos que su Reino venga a nosotros. Su Reino ya es aquí. Pero todavía no ha llegado a su plenitud. El bien ya actúa en el mundo, pero todavía no ha vencido del todo el mal. El Reino es un don que ya hemos recibido, pero todavía es una promesa que esperamos ver realizada.

‒ A cada frase del Padrenuestro hay que preguntarse qué repercusiones ha que tener en nuestra vida de cada día. Plegaria en la cual pedimos por todos nosotros, pero a la vez nos exige dar respuesta a través de nuestro testimonio, para poder cumplir su plan en este mundo.

En resumen, con las peticiones del Padrenuestro, los creyentes pedimos, con confianza, al Padre los bienes que consideramos vitales para nuestra existencia, como personas humanas y como hijos de Dios. Esta visión del Padrenuestro, compartida por todos los asistentes, nos ha dejado un buen regusto.

El trabajo que durante todo el curso han realizado los catequistas en cada uno de sus grupos se ha visto crecer de forma exponencial y ha culminado en este retiro. Como conclusión, todos y todas cantamos hermanados  el "Padrenuestro" (Kairoi), con la ilusión de un reencuentro esperanzado. Damos gracias a Dios por todo aquello que hemos experimentado durante este curso. También por todo aquello que hemos recibido de los catecúmenos, catequistas, padres, religiosos y del obispo Salvador.

Se adjunta PDF en el que figura la meditación expuesta durante el retiro por los miembros del Catecumenado.

Texto: Josep Estruch.

Meditación del retiro: Paquito Domènech y Esther Pardina