La tradición de esta festividad se remonta a 1497 cuando el escultor Blai realizó la primera versión de 'la Virgen de la Litera'. La escultura se hizo para su exposición pública en la Seu Vella el día de su festividad y después para la procesión de la dormición de la Virgen por las calles de la ciudad. El historiador Jordi Curcó explica que la procesión no dejó de hacerse nunca y llegó a ser tan solemne como la del Corpus.

En algunas ocasiones tuvo carácter de rogativa pública por sequía o plagas, como la de 1885 cuando Lleida sufrió una epidemia de cólera. Con la proclamació de la Segunda República en 1931, la procesión pasó a celebrarse en el interior de la Catedral como preludio de su suspensión con el inicio de la Guerra Civil, cuando la Catedral fue saquejada e incendiada con la pérdida de elementos relevantes de obras de arte religioso, entre estas, la Virgen de la Litera.

Como recuerda Curcó, la tradición se retomó en 1960, cuando los canónigos de la Catedral encargan una nueva imagen de la Virgen de la Litera. En 2006, con motivo del 225 aniversario de la consagración de la Catedral Nueva y de la restauración de José A. Ferrer, la procesión de la dormición de la Virgen volvió a recorrer las naves de la Catedral, recuperando la antigua costumbre.