Los cuatro años de sede vacante en la diócesis leridana finalizaron con el nombramiento de un obispo de origen francés, concretamente de Brois (Normandía). Juan Bauphes era consejero del rey de Navarra, Carlos el Noble, y referendario de Benedicto XIII. Este le nombró obispo de Huesca, de Vic y después de Lleida por los buenos servicios que le había prestado y redujo a la obediencia a los cardenales franceses en tiempos del Cisma de Occidente. Tomó posesión del obispado mediante apoderamiento.

En estos asuntos leridanos intervenía eficazmente Benedicto XII, el Papa Luna. Con todo esto la situación estaba condicionada por los vaivenes de la política internacional de los reyes de la Corona de Aragón. 

Durante aquellos tiempos cismáticos, en que todo el mundo creía y defendía que la razón era de parte propia, las discusiones se fueron eternizando. En un intento de finalizar con esta pugna, se propusieron tres posibles vías, que eran estas:

• Via cessionis, o ustracción de la obediencia.
• Via facti, o rresolver de manera práctica la cuestión mediante una expedición a Italia.
• Via conventionis, mediante negociaciones con el Papa.

Mediante estas vías no se consiguió ninguna solución, únicamente un aumento de la confusión cuando se introducía una nueva vía, la del concilio. 

Benedicto XII abandonado por todo el mundo, se retiró a Peñíscola, donde falleció, a los 94 años de edad, el 29-XI-1422.

La Hospitalidad de clérigos pobres de Lleida había estado ubicada en Santa María de la Huerta, pero el establecimiento de clérigos agustinos obligó el traslado del Hospital. Finalmente fueron a la barriada de San Salvador, en una finca conocida con el nombre de Vía del Obispo. Era un espacio casi despoblado y se les cedió la iglesia como edificio-residencia. Entonces San Salvador dejó de ser parroquia.

La cofradía de clérigos pobres, recibiría en cambio el huerto del notario Pedro de Toló, donde se construiría el hospital de clérigos, pobres y peregrinos. Este hospital se encontraba situado cerca del río Noguerola, en la plaza de San José, hoy derruido.

Este hospital después de la desamortización tuvo que dedicarse a obras de beneficencia; si no hubiese sido de esta forma, estaría en manos del Estado.

Mn. Ramiro Viola González