El obispo emérito de Lleida Mons. Ramon Malla Call ha recibido sepultura este Lunes de Pascua, 21 de abril, a los pies de la capilla de la Virgen de Montserrat, en la Catedral Nueva de Lleida, después de un funeral presidido por Mons. Joan Piris y concelebrado por la mayor parte de los obispos de las diócesis catalanas, con el cardenal Lluís Martínez Sistach y el arzobispo Jaume Pujol al frente, así como el titular de la diócesis de Calahorra-Logroño, Juan José Omella.

El obispo Joan ha empezado su homilía agradeciendo las numerosas manifestaciones de pésame que se han recibido en la Diócesis con motivo del traspaso de Mons. Malla, producido la madrugada de Viernes Santo, para seguir recordando que “la celebración cristiana de la muerte es siempre y ante todo la apertura al misterio a Dios, desde Jesucristo y por su mediación”.

Mons. Piris ha glosado la figura del obispo Malla, que “recibió los dones de la vida y de la fe en una familia cristiana y, después, quiso responder generosamente al llamamiento que Dios le hacía en el sacerdocio ministerial, y dedicó su vida al servicio de los otros”. Y remarcó que su peregrinaje por las tierras de Lleida ha sido amplio. “Lo hizo fielmente desde el 1966 al 1999. Tenemos que agradecer al Señor esta dilatada y fecunda vida ministerial”. Una trayectoria que hizo siempre siendo “un buen cristiano y, hasta los últimos tiempos, dando ejemplo de delicadeza, estimación... y buen humor”.

El obispo Joan ha remarcado también en la homilía cómo había vivido la vida y la muerte el obispo Ramon. “La suya ha sido una vida llena de dinamismo, entregada, generosa, comprometida, encarnada; llena de proyectos y de realizaciones en los diferentes campos de la pastoral diocesana… Pero, sobre todo, hay una cosa que es más difícil de descubrir a primera vista y en la que no abundan mucho los medios de comunicación: la huella que ha dejado en muchas vidas”, ha dicho convencido el Obispo de Lleida, después de haber recibido personalmente estos días las manifestaciones de pésame. “Puedo dar fe, recogiendo el testimonio de la buena gente de Lleida que ha pasado estos días delante de su féretro, que me lo han manifestado. ¿Os imagináis cuántas personas, grupos y comunidades habrá visitado y cuántas germanas y hermanos habrá escuchado y ayudado a vivir (en 18 años de presbítero y más de 30 de obispo en nuestra diócesis)? Démosle gracias al Buen Dios”.

Mons. Piris finalizaba la homilía agradeciendo al obispo Ramon Malla en nombre propio y también de toda la Iglesia diocesana “su servicio constante, generoso, y fiel durante su larga vida y su testimonio hasta el último momento”.

El funeral ha empezado con el traslado del féretro por seis padres desde la Capilla del Santísimo, donde se ha habilitado estos días la capilla ardiente, hasta el pie del presbiterio.

Los seis habían sido ordenados sacerdotes por el obispo. A continuación Mn. Pardell y Mn. Tarragona han colocado la estola y la casulla sobre del féretro; mientras que Mn. Ros, quién fue secretario de Mons. Malla durante tantos años, ha depositado el báculo, símbolo de haber sido pastor de la diócesis.

Al acabar la ceremonia, el secretario-canciller, Mn. Víctor Espinosa, ha leído unos breves apuntes biográficos, antes de que los mismos seis sacerdotes volvieran a conducir el féretro hasta la Capilla de la Virgen de Montserrat, en esta ocasión, donde ha recibido sepultura.

El funeral ha contado con la asistencia de diferentes autoridades, entre las que figuraban el conseller Josep Maria Pelegrí; el delegado del Govern de la Generalitat, Ramon Farré; el vicepresidente de la Diputación, Miquel Padilla; el presidente del Consejo del Segrià, Pau Cabré; una nutrida representación de la corporación municipal, con el alcalde en funciones, Rafael Peris, al frente, y diferentes delegados territoriales del gobierno autonómico, parlamentarios, así como una representación de las instituciones andorranas, el ministro de Exteriores y el síndico general, puesto que Mons. Malla fue copríncepe de Andorra, durante su etapa de administrador apostólico del Obispado de Urgell.

Imágenes de la ceremonia