A LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA DE LLEIDA Y A TODOS,

MUJERES Y HOMBRES QUE AMA EL SEÑOR 

Una Navidad que refuerce la esperanza 

Celebrando la Navidad y cuando a todos se nos despierta una mayor sensibilidad hacia el prójimo, conviene tener en cuenta aquello que nos recuerda la última Memoria de Cáritas: los primeros efectos de la crisis económica se paliaban con las prestaciones del desempleo y el apoyo de las familias

pero, al agotarse las ayudas, la duración de las situaciones de paro, las políticas de ajuste y sus recortes, junto a las dificultades en las familias, ha creado una situación favorable a una segunda oleada de empobrecimiento y exclusión social. Y repite la llamada a vivir sencillamente “para que otros puedan, sencillamente, vivir. Es preciso, pues, abrirnos a la reflexión, a la autocrítica y a la búsqueda de alternativas i espacios de esperanza.

Por eso, doy gracias a Dios y a los más de 70.000 voluntarios que, con su trabajo gratuito en las comunidades parroquiales y en las Cáritas Diocesanas, nos aportan el testimonio de la fuerza transformadora de la solidaridad. Son la mejor expresión de la Iglesia samaritana, contribuyendo a la defensa de la dignidad humana, de los más frágiles, procurando atenderlos en las necesidades más inmediatas, pero también en el capítulo no menos importante de las ayudas no económicas, entre las que destaca la necesitad de la escucha y el acompañamiento de las personas, y espacios donde hablar y compartir experiencias de vida o de autoayuda y de mediación. Es un servicio que favorece el crecimiento personal, la autoestima, la capacitación emocional y la autonomía, y da fuerza para encontrar un horizonte vital y un futuro con perspectivas positivas. Y esto es alimentar la esperanza, “ayudar a vivir”. Felicito y agradezco, de manera especial, a todos aquellos que realizan este servicio tan evangélico y hago una llamada para que, en nuestras comunidades cristianas, haya siempre este ministerio de acompañamiento de personas y familias.

En la celebración festiva del misterio del nacimiento de Jesús, "Dios-con-nosotros”, Dios viviendo nuestra vida humana, Dios compartiendo nuestra fragilidad, la reflexión sobre estas necesidades, también las no económicas, nos muestra lo importante que es dar calidad y calidez a las relaciones interpersonales en nuestra convivencia.

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

Recibid el saludo de vuestro hermano obispo,

Joan Piris 

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