El obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, ha presidido la misa exequial que se ha celebrado en la Casa Sacerdotal por Mn. Sebastià Aldomà Bonjoch, presbítero diocesano muerto a Cali (Colombia) el pasado día 5 de enero.

La misa ha sido concelebrada por los dos vicarios de la diócesis, Mn. Ramon Prat y Mn. Josep Anton Jové; el delegado de Liturgia, Mn. Gerard Soler; el director de la Casa Sacerdotal, Jordi Pardell, y dos de los padres que ejercieron su ministerio sacerdotal en tierras colombianas, Mn. Amadeu Carrera y Mn. Joan Boldú.

A la ceremonia han asistido también un gran número de presbíteros de la diócesis y trabajadores de la Curia Episcopal, que han acompañado a familiares de Mn. Sebastià.

La Eucaristía ha empezado con la lectura de una serie de cartas dirigidas al obispo Joan, donde se daba testimonio de la huella dejada por este sacerdote misionero, natural de Castellnou d’Oluges (la Segarra), el cual ejerció su ministerio presidencial en Cali durante 53 años, tiempo en el que fundó un hogar infantil y la granja-escuela Miravalle, dedicadas ambas a la formación de niños y jóvenes.

Los trabajadores y personal de Miravalle son los autores de uno de los escritos que se han leído antes de empezar la misa exequial (adjuntamos documento), agradeciendo el servicio de Mn. Sebastià, pero también se han dado lectura a los del Instituto de Religiosas Sant Josep de Girona y de particulares que habían tratado con el sacerdote leridano en Colombia.

Durante la homilía, Mons. Piris ha tenido palabras de agradecimiento para la Iglesia misionera, que hay que seguir alimentando, a la vez que ha expresado el sentimiento de pésame y de gratitud a la familia de Mn. Aldomà.

El obispo de Lleida también ha informado del aprecio que se tenía en Colombia por el presbítero diocesano, explicando cómo se le había dado el último adiós. “Allí viven de otro modo su presencia y obra, que nosotros ya conocíamos”.

Después de hacer referencia al mensaje del papa Francisco, de ir hacia una Iglesia de salida, una Iglesia misionera “a la cual también queremos dar salida desde Lleida”, Mons. Piris ha apelado a la ausencia de vocaciones y, a pesar de decir que la presencia de laicos en los servicios de la comunidad pastoral funcionaba muy bien, ha pedido seguir rogando para lograr la generosidad del Señor, “y conseguir sumar más vocaciones que nos acompañen en este ministerio presencial tan apasionante”.

El obispo Joan también ha dirigido un comunicado de pésame al arzobispo de Cali, Mons. Darío de Jesús Monsalve, con motivo de la muerte de Mn. Sebastià, que adjuntamos y que responde al comunicado que éste hizo al dar a conocer la noticia de la muerte del sacerdote leridano.