Mn. Gerardo Soler, delegado de Liturgia y Espiritualidad nos sigue hablando de la Liturgia de las Horas. Hoy dedica su colaboración semanal a los gestos y los signos.

Podéis leer el texto a continuación o descargarlo del documento adjunto.

DOMINGO XXVIII tiempo durante el año (B)

(Domingo del joven rico)

9. Gestos y signos

          "En la celebración de la Liturgia de las Horas, lo mismo que en las demás acciones litúrgicas, "cada cual, ministro o simple fiel, al desempeñar su oficio, hará todo y sólo aquello que le corresponde por la naturaleza de la acción y las normas litúrgicas" (SC 28)" (OGLH 253).

          "Si preside el obispo, sobre todo en la iglesia catedral, estará acompañado de su presbiterio y de los ministros, con la participación plena y activa del pueblo. No obstante, toda celebración con asistencia del pueblo la presidirá ordinariamente el sacerdote o diácono, debiendo estar presentes asimismo los ministros" (OGLH 254). 

          "El presbítero o el diácono que preside la celebración puede llevar la estola sobre el alba o el sobrepelliz e incluso el pluvial en el caso del presbítero" (OGLH 255).

          "Todos los participantes estarán de pie: durante la introducción del Oficio y la invocación inicial de cada Hora; mientras se dice el himno; durante el cántico evangélico; mientras se dicen las preces, el Padrenuestro y la oración conclusiva" (OGLH 263).

          "Todos escucharán sentados las lecturas, a no ser la del Evangelio" (OGLH 264).

          "Mientras se recitan los Salmos y los otros cánticos con sus antífonas, la asamblea estará sentada o de pie, según fuere costumbre" (OGLH 265).

          "Todos harán la señal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho: al comienzo de las Horas, cuando se dice: "Dios mío, ven en mi auxilio" y al comienzo de los cánticos evangélicos: "Benedictus", "Magnificat" y el "Nunc dimittis".

          Harán la señal de la cruz sobre la boca al comienzo del Invitatorio al proferir las palabras "Señor, ábreme los labios" (OGLH 266). 

          "Se recomienda vivamente a los que rezan el Oficio en el coro o en común el uso del canto como algo que corresponde mejor a la naturaleza de esta oración y que es además indicio de una mayor solemnidad y de una unión más profunda de los corazones" (OGLH 268). 

Mn. Gerardo Soler

Liturgia viva. Liturgia de las Horas, 11-10-15