Nació en Híjar, Teruel. Ingresó cuarentón en El Olivar, su ministerio fue el huerto, el gallinero, la portería... Y ponía toda su fe, su ilusión y su rancio saber de campesino en sacar buenos tomates, ofrecer óptimos prescos; obtener sabrosos huevos y hermosos conejos… Cavaba, plantaba, regaba, podaba, de sol a sol, con generosidad. Cuando se le invitaba a descansar en la sombra, respondía afectuosamente: Descansar, en el cielo. En agosto de 1936 no quería dejar el convento, pero le ordenaron que se fuera a su pueblo. Allí lo mataron, mientras gritaba ¡Viva Cristo Rey!

Podéis leer su biografía.

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