La apuesta por el modelo de economía solidaria ha sido el tema central de reflexión de la LXXII Asamblea General de Cáritas Española, una cita que ha reunido este fin de semana, del 26 al 28 de junio, en El Escorial a más de 150 directores y delegados episcopales de las 70 Cáritas Diocesanas de todo el país.

En el encuentro, además de las cuestiones estatutarias habituales, se analizaron las claves del trabajo que Cáritas viene desarrollando en el ámbito de la economía solidaria. Se trata de un modelo alternativo en las diferentes fases de la actividad económica –producción, financiación, comercialización, consumo y estrategias comunitarias– que se fundamente en “el principio de gratuidad y la lógica del don” señalado por Benedicto XVI en Caritas in veritate.

La acción de acompañamiento, inserción y promoción a las personas más vulnerables a través de propuestas de economía solidaria es ya una realidad visible en numerosas Cáritas Diocesanas, algunas de las cuales –como Girona, Bilbao, Menorca, Albacete y Barbastro-Monzón-- presentaron en el encuentro las experiencias que están desarrollando en estos momentos.

La Asamblea fue inaugurada por monseñor Atilano Rodríguez, obispo de Sigüenza-Guadalajara y responsable de Cáritas en el seno de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Junto a él, dirigieron sendos saludos a los participantes el presidente y el delegado episcopal de Cáritas Española, Rafael del Río y Vicente Altaba, respectivamente. Por su parte, el secretario general, Sebastián Mora, presentó a última hora del viernes, su preceptivo informe anual de actividad.

Las jornadas concluyeron en la mañana del domingo con la aprobación de una Declaración final en la que todos los asistentes identifican ocho compromisos, orientados, según se afirma en la misma, “ante una realidad dominada por un modelo socioeconómico injusto y excluyente responsable del sufrimiento de millones de personas y familias en nuestro país”, a impulsar en los distintos niveles territoriales de la Confederación Cáritas, las propuestas alternativas del modelo de economía solidaria.

- A reclamar en el marco internacional un compromiso real de la agenda post 2015 con la defensa y protección de los derechos humanos y la apuesta por los Objetivos de Desarrollo Social (ODS).

- A impulsar la armonía de la vida social, apelando, en la etapa que emerge tras las elecciones municipales y autonómicas, a la responsabilidad de toda la comunidad política a la hora de garantizar y promover las condiciones necesarias de acceso a los derechos económico-sociales, como son el empleo digno, una vivienda adecuada, el cuidado de la salud y una educación en igualdad y libertad.

- A seguir denunciando la permanencia de unas estructuras económicas y sociales injustas, que son responsables del sufrimiento de millones de personas y familias en nuestro país.

- A vivir a fondo la espiritualidad que anima a quienes trabajamos en el campo caritativo y social, una espiritualidad encarnada, de ojos y oídos abiertos a los pobres, una espiritualidad de la ternura y de la gracia, que inspire esa salida a las periferias y abra a la escucha del otro que define la labor de acompañamiento de Cáritas.

- A dar protagonismo en todos los procesos y respuestas de Cáritas a los implicados en ellos, pues la dignidad y la búsqueda del verdadero desarrollo implica escuchar y dar participación a los pobres.

A pesar de las dificultades que nos siguen saliendo al encuentro en nuestro trabajo diario, finalizamos nuestra Asamblea con una energía renovada ante el tiempo nuevo que vive la Iglesia y el aliento del Espíritu que ilumina nuestra acción en el seno mismo de la Iglesia.

Queremos responder con “una nueva imaginación de la caridad”, como nos propuso el beato Juan Pablo II en su Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte, a los retos que nos lanzan las nuevas pobrezas. Para avanzar en esa dirección, junto al compromiso de nuestros voluntarios, colaboradores y contratados, nos acompañan la cercanía de nuestros obispos, la intrepidez pastoral del Papa Francisco y una red global de Cáritas que, con la elección del cardenal Luis Antonio Tagle como nuevo presidente de Cáritas Internationalis, se muestra cada vez más abierta a las periferias y más testigo de una Iglesia pobre para los pobres.

Invocamos, para ello, la mediación del Beato Oscar Romero, patrón de Cáritas Internationalis y símbolo de la defensa martirial de los derechos humanos y de la opción por los pobres.

Os adjuntamos la declaración final de la Asamblea en el documento adjunto.