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Ayudando a vivir (Obispo Joan)
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Fecha publicación: 
Dom, 06/24/2012
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¿Qué será este niño?

 La vida pública de Jesús se inicia con su bautismo en el Jordán. Desde toda la Judea, la gente venía a escuchar a Juan Bautista ya bautizarse confesando sus pecados. Muchos se preguntaban si él era el Mesías, pero él lo negó. Sin embargo, al celebrar hoy su nacimiento estamos celebrando también la Buena Nueva de Jesús que él anunció y señaló después presente entre nosotros.

Juan Bautista, primer "testigo-testimonio”confiesa lo que vio cuando Jesús salía del agua después de recibir el bautismo: "Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y posarse, es el que bautiza con el Espíritu Santo "(Jn 1, 33). Entonces" conoció la realidad plena de Jesús de Nazaret y le señalaba como Hijo de Dios y redentor de la humanidad: "He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!" (Jn 1,29). Da testimonio y denuncia las transgresiones de los mandamientos de Dios, incluso en la persona de los poderosos, Herodes y Herodías, a quienes acusó de adulterio pagando con su vida. Una capacidad de fidelidad y valentía que todos los bautizados deberíamos pedir al Buen Dios.

La concepción y nacimiento de Juan el Bautista viene descrita con imágenes y detalles que llaman la atención (esterilidad, padres ancianos, incredulidad y "sordomudez", nombre desconocido en la familia, vecindario sobrecogido...). El evangelista Lucas dice: "Un gran respeto se apoderó de todos los vecinos. La gente hablaba de estas cosas por toda la montaña de Judea, y todos los que lo oían lo guardaba en su corazón y se preguntaba: ¿Qué será este niño? Realmente, la mano del Señor estaba con él "(Lc 1,65-66). Nadie comprende lo que está pasando, pero lo reflexionan sin rechazarlo y se hacen preguntas sobre la misión extraordinaria que habrá de llevar a cabo, conscientes de que está Dios en todo esto.

Lo comentábamos con un grupo: todos tenemos experiencias que nos descolocan y que deberíamos dejar reposar en el corazón sin querer encontrar respuestas y soluciones inmediatas. Dejémonos cuestionar por los acontecimientos y volvamos a mirar las experiencias sin respuesta. Quizás no nos hemos hecho todavía la pregunta correcta por miedo a perder quién sabe qué. A veces queremos para los demás un cierto futuro, pero la vida les lleva a tomar caminos diferentes. Como los vecinos de la familia de Juan el Bautista también muchos de nosotros, ante un bebé, nos hacemos la pregunta: "¿Qué será este niño? ¿Qué mundo encontrará? ¿Qué futuro le espera?". Pero cada hijo que nace es siempre un misterio con posibles novedades en relación a nuestro pasado y presente. Nos gustaría, quizá, llevarlo por nuestros propios caminos, pero él tendrá que hacer los suyos y tomar sus decisiones, asumiendo incluso sus propios errores.

Juan Bautista tiene, además, un futuro particular y sorprendente que nunca sus padres, Zacarías e Isabel, podían imaginar: anunciar la presencia de Jesús, el Salvador, y preparar sus caminos. Que su fiesta nos ayude a todos a comprometernos de una manera radical en el anuncio de un tiempo nuevo donde la misericordia del Padre nos permita vivir la realidad de una nueva sociedad.

Recibid el saludo de vuestro hermano obispo,

+ Joan Piris Frígola, Obispo de Lleida