La cuenta atrás del Congreso de Laicos “Pueblo de Dios en Salida” se puso a cero a las 18.00 horas del viernes 14 de febrero. La directora del programa “Últimas preguntas” de TVE, Mª Ángeles Fernández, presentó la sesión de apertura y enmarcó su celebración. En los primeros momentos del encuentro, una oración compartida por todos los asistentes y dirigida por Juan Fernández de la Cueva, director del Dto. de Pastoral Obrera. Además de compartir las peticiones por los frutos del Congreso, se rezó en común su oración.

 

1.- Intervenciones en la sesión inaugural

 

Mons. Bernardito C. Auza trae al Congreso el Mensaje-saludo del Papa

 

                La primera intervención fue la del nuncio apostólico, Mons. Bernardito C. Auza, para dar lectura al Mensaje-saludo del papa Francisco a los congresistas. En su mensaje el Papa recuerda a los santos patronos de Europa Cirilo y Metodio que anunciaron el Evangelio a los pueblo eslavos. “El fruto fue ver como muchos se adherían a la fe formando una comunidad”. “Esto nos enseña – como afirma el lema del Congreso – que somos Pueblo de Dios, invitados a vivir la fe, no de forma individual ni aislada, sino en la comunidad, como pueblo amado y querido por Dios”. Además, el papa Francisco señaló que “el mandato misionero es siempre actual y vuelve a nosotros con la fuerza de siempre, para hacer resonar la voz siempre nueva del Evangelio en este mundo en el que vivimos, particularmente en esta vieja Europa, en la que la Buena Noticia se ve sofocada por tantas voces de muerte y desesperación”.

 

El Papa finalizaba sus palabras con el ánimo a cumplir a su misión: “Es la hora de ustedes, de hombres y mujeres comprometidos en el mundo de la cultura, de la política, de la industria… que con su modo de vivir sean capaces de llevar la novedad y la alegría del Evangelio allá donde estén”. “No tengan miedo de patear las calles, de entrar en cada rincón de la sociedad, de llegar hasta los límites de la ciudad, de tocar las heridas de nuestra gente… esta es la Iglesia de Dios, que se arremanga para salir al encuentro del otro”.

 

Agradecimiento del cardenal Blázquez, presidente de la CEE

 

En nombre de la Conferencia Episcopal Española intervino su presidente, cardenal Ricardo Blázquez Pérez, quien expresó su afecto a todos los presentes y agradeció el trabajo de la C.E. de Apostolado Seglar, movimientos, asociaciones, delegados diocesanos y todos los participantes en el acto.

 

El cardenal Blázquez recordó que la invitación de la CEE es una expresión de “concordia eclesial y garantía de sinodalidad misionera”. Además, destacó que, “el Congreso es una de las acciones más importantes proyectadas en el Plan Pastoral de la institución para los años 2016-2020”. “Cuando el Evangelio es acogido por una persona –continuaba- vence a la negatividad, al egoísmo y a la vanidad y alegra el corazón de todas las personas. ¡Me alegro de veros alegres en este congreso y del ambiente que se percibe! Es un congreso en que nos sentimos a gusto y muy contentos representando a todos los cristianos de nuestras iglesias y diócesis para acoger la invitación del señor a ir y transmitir el Evangelio”.

 

Además, resaltó que la metodología del Congreso se ha inspirado en los últimos sínodos de los obispos que han pasado de ser un acontecimiento puntual a un proceso con diversas etapas cuya cima es la asamblea sinodal. El presidente de la CEE, concluyo con un mensaje: “Hay que avanzar en muchas cuestiones y escuchándonos mutuamente, lograremos dar pasos para una sinodalidad en nuestra Iglesia. Esto marca un nuevo estilo en nuestras diócesis y dará muchos frutos”.

 

Bienvenida del cardenal Carlos Osoro

 

El cardenal Carlos Osoro dio la bienvenida a los asistentes al Congreso y destacó la importancia de reforzar la dignidad de las personas: “Promovamos con fuerza la dignidad de las personas. Las diócesis de España tienen una oportunidad para, desde la diversidad, promover la vocación laical, sinodal y que ayude a crecer al Pueblo de Dios”.

 

“Es bello pensar en una Iglesia que, como Jesús, quiere salir al encuentro, invitando a todos a ser parte fundamental del proyecto de Dios. Pensemos siempre en quienes más nos necesitan», afirmó.

 

 Isaac Martín, laico y miembro de la Comisión Ejecutiva del Congreso

 

Isaac Martín agradeció  a los sacerdotes y obispos de toda España sus aportaciones en este Congreso, que según sus palabras, “han sido clave para llegar a buen puerto y generar un contenido sinodal y potente en la Iglesia”. Además, resaltó el papel de los laicos en todo ese proceso: “tenemos la tarea de ser vasos comunicantes entre las personas y lo que representamos. Desde la libertad y la responsabilidad, hemos abierto nuevos caminos para un Pueblo de Dios en Salida”, comentó. 

 

Asimismo, Martín destacó tres pilares básicos para llevar a cabo este proceso: ilusión, esperanza y convencimiento. “Hemos de salir ilusionados, esperanzados y convencidos. Ilusionados con la misión que Dios nos ha confiado, esperanzados porque tenemos un papel fundamental en el mundo para acompañar a los hombres y mujeres en sus anhelos y necesidades”. Por último, destacó que “ha sido sobrecogedor apreciar la mano de Dios en este proceso”.

 

Cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida.

 

Desde el Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida el cardenal Kevin Farrell,  agradeció la invitación de formar parte de este congreso: “Me alegro por la iniciativa de la CEE de organizar estos días de encuentro y de reflexión que no se quieren limitar, sino que quiere iniciar un proceso de sensibilización y de formación para ayudar a todos los fieles bautizados”,  afirmó.

 

Además, manifestó su deseo de que este Congreso abra un proceso que dé muchos frutos para España y para toda la Iglesia y ha recalcado que “la tarea de la iglesia en España es grande. Pero la energía empleada en esta misión para suscitar y despertar el espíritu misionero en la Iglesia es siempre bien empleado. No debemos olvidar nunca las últimas palabras terrenales de Jesús: El Espíritu Santo estará con nosotros siempre”.

 

La sesión inaugural se cerró con el himno del Congreso, la canción "Misión" del grupo católico Mabelé.

 

 

2.- Iº Ponencia

 

José Luis Restán, “más que <congresistas> somos <enviados>”

 

Un poco después de la hora prevista, el periodista José Luis Restán, director editorial de COPE, comunicaba la ponencia inicial. Una ponencia en la que, de alguna manera, han estado presentes las 37.000 personas que han integrado los grupos del trabajo previo en las diócesis, movimientos y asociaciones laicales. José Luis Restán ha sido su portavoz trayendo al Congreso las conclusiones de esta fase previa que se inició en 2018. Por eso empezaba la ponencia señalando que “podríamos decir que más que <congresistas> somos <enviados>.” El Instrumento de Trabajo “es fruto de este camino compartido, de esa gran conversación que ya ha comenzado hace meses y que en este Congreso tendrá un momento central, que luego debe proyectarse en el futuro”. Y se ha detenido en dos palabras claves: sinodalidad y discernimiento.

 

Pero, “para saber dónde estamos -señalaba- conviene tener presente de dónde venimos. El camino que hemos recorrido como Iglesia para llegar hasta aquí, nos ayuda a situarnos en el contexto actual”. Por eso, en la primera parte de la ponencia ha hecho un breve recorrido histórico sobre el laicado, desde el Concilio Vaticano II hasta hoy.  También ha recordado los documentos de los obispos españoles en los que muestran, a lo largo de estos años, su preocupación por el laicado.

 

Y al llegar a nuestros días, ha recordado los datos que maneja la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, “tenemos 89 Movimientos y Asociaciones, de ámbito nacional, aprobados por la Conferencia Episcopal Española y que suman un total de 400.000 laicos activos-militantes. Muchos de ellos viven su fe, se forman y acompañan en las vicisitudes de la vida, en alguna de las miles de Parroquias que configuran un formidable tejido comunitario que asegura la presencia estable de la Iglesia en nuestro territorio, desde los pueblos de la “España vaciada” hasta los barrios de nuestras grandes ciudades. Sin ocultar debilidades, que después apuntaremos, las parroquias son de hecho un verdadero hospital de campaña para las heridas de nuestro tiempo, lugares de testimonio cristiano, de acogida y vertebración comunitaria, de formación y de ejercicio de la caridad, y además tienen un potencial misionero que está por desarrollar en el contexto de nuestra sociedad crecientemente individualista y secularizada”. 

 

La segunda parte de la ponencia se ha centrado en el Instrumentum Laboris sobre el momento que vive el laicado en España.  Y ha empezado por las luces, entre las que ha señalado: Ha crecido la conciencia de nuestra identidad eclesial y de la vocación y misión a la que estamos llamados los fieles laicos; como Iglesia, reconocemos los pecados de algunos de sus miembros en lugar de ocultarlos; aumenta la conciencia de que el servicio a los más pobres y vulnerables es una dimensión esencial de la misión, el reconocimiento general de que nos encontramos en un contexto cultural muy plural y el hecho de que muchas franjas sociales están profundamente alejadas de la fe; estamos incorporando entre nuestras prioridades como Iglesia algunos de los grandes retos sociales del momento.

 

Y también las sombras: todavía tiene un peso relevante el “clericalismo”;  preocupa la pérdida de la centralidad de la Eucaristía; nuestras comunidades son en ocasiones cerradas y poco acogedoras; las familias cristianas viven con frecuencia solas y eso se refleja en su dificultad para ejercer su misión esencial de transmitir la fe; hay una resistencia al cambio derivada de nuestra instalación en viejos esquemas, y por otra parte existe miedo a los nuevos retos.

 

En cuanto a los retos y desafíos para un laicado en salida misionera  ha destacado: la conversión personal; fortalecer el sentido de comunidad, de pertenencia, de identidad eclesial; la santidad misionera; la corresponsabilidad real dentro de la Iglesia, nuevas formas de participación: estar en el mundo siendo sal y luz, la Iglesia es un bien para la familia y la familia es un bien para la Iglesia y ofrecer una renovada formación.

 

Después ha centrado su intervención hablando de la Vocación laical, comunión y misión.

 

Sobre la vocación laical ha señalado que “sin la conversión personal, cualquier cambio en la organización de las tareas eclesiales sería un puro maquillaje sin incidencia real en la vida de las personas, de las comunidades, ni en la evangelización de la sociedad”.

 

Desde la comunión y para la comunión ha destacado que “es necesario transformar las comunidades cristianas en un sentido más decididamente misionero, que deje atrás el modelo de pastoral de mantenimiento basado en la prestación de “servicios religiosos”. Una comunidad anquilosada y cerrada no puede afrontar el testimonio y la propuesta atrayente de la fe en este cambio de época”.   

 

Por último, al hablar sobre la participación de los laicos en la misión de la Iglesia, ha resaltado que “en cada persona late la búsqueda del bien y de la verdad que solo Dios puede colmar, y es a esa búsqueda a la que debe responder nuestro anuncio lleno de simpatía. La misión no consiste en la oferta de actividades, en un afán proselitista, falto de la auténtica atracción propia de la belleza de la fe”. 

 

En la última parte de la ponencia ha adelantado los cuatro itinerarios en los que se va a trabajar mañana, sábado 15 de febrero: Primer anuncio, con los que “buscamos subrayar que la propuesta cristiana (en su contenido esencial y en sus consecuencias e implicaciones) sigue siendo hoy imprescindible para la liberación de las personas y para la humanización de la sociedad”.

 

Con el itinerario dedicado al ACOMPAÑAMIENTO “deseamos insistir en que no es posible un verdadero crecimiento en la fe sin la compañía de muchos testigos, en un proceso en el que se conjugue la fidelidad a la Verdad y la claridad doctrinal con la realidad que viven las personas, con una actitud pastoral de misericordia y acogida”. 

 

“Con el itinerario FORMACIÓN -ha continuado- buscamos animar procesos adecuados que tengan en cuenta la fundamentación de nuestra fe, sus implicaciones sociales y la situación cultural del  mundo en el que somos llamados a desarrollar la misión, de modo que estemos en las mejores condiciones para dar razones de nuestra esperanza a los hombres y mujeres de esta época”. 

 

Y con el itinerario PRESENCIA EN LA VIDA PÚBLICA “deseamos recuperar la conciencia de la dimensión social de nuestra fe y promover que nuestras comunidades sean auténtica Iglesia en salida, que existe para evangelizar, y de esta manera contribuye a la liberación de todas las esclavitudes y a promover la dignidad de toda persona”.

 

Antes de concluir ha afrontado los desafíos de un cambio de época, señalando que “un mundo que cree no esperar ya nada del cristianismo, puede descubrir con sorpresa que existe una respuesta a su búsqueda. Como diría Camus, es algo que se descubre por gracia, como les sucedía a los que se topaban con Jesús. La Iglesia tiene que ser el lugar que permita el encuentro entre esa gracia, imprevista y anhelada, y la inquieta libertad de nuestros contemporáneos.”

 

Por último, ha mirado al futuro para señalar que “este momento y todo el proceso que le dará continuidad deberá estar marcado por la alegría”. Y que “es esta alegría la que nos hace libres de medir el resultado de la misión, porque sabemos que el fruto depende de Él y que nuestra paga consiste en haber sido llamados a colaborar en su obra de salvación”.

 

Pues bien, matizaba,” <una Iglesia en Salida> no se logrará por decreto-ley sino por la sobreabundancia de la alegría del Evangelio. Sólo esta plenitud de vida permite afrontar los desafíos, las hostilidades del ambiente, el cansancio, las incomprensiones e incluso las persecuciones”.

 

Antes de cerrar esta primera jornada del Congreso, Mª Ángeles Fernández ha invitado a los participantes a colaborar en el proyecto solidario que se ha promovido desde la organización del Congreso. Se trata de un proyecto con fines solidarios y el dinero recaudado será entregado a “Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN)” para mejorar la situación de las mujeres en la diócesis Kumbakonan (India). El 60% de ellas vive por debajo del umbral de la pobreza.

 

También ha recordado que durante todo el tiempo del Congreso se ha instalado una capilla en el mismo pabellón para la adoración perpetua.

 

Aquí tenéis un resumen de la jornada inaugural. https://youtu.be/dD2m34jikFk