La parroquia de sant Antoni Maria Claret del barrio leridano de Balàfia celerbró el pasado 24 de octubre la fiesta de su santo patrón con calidez y simplicidad. Cuidada preparación y calor comunitario, así como simplicidad al tratarse de un lunes y con la obligada ausencia de la mitad de los claretianos. Mención especial para el padre Jaume Sidera por los condicionantes de su salud y para el padre Dion Paskalis, que en unos días tiene que regresar de unas merecidas vacaciones en su Indonesia natal.

En ausencia del obispo Salvador, en Santiago de Compostela en una reunión de obispos de España y Portugal, presidió la celebración el rector de la parroquia, Nemesi Solà, que puso el acento, como el Padre Claret, en la disponibilidad que el Señor pide a sus discípulos para alimnetar a una multitud sólo con cinco panes y dos peces.

Las diversas actividades parroquiales pusieron un buen acento comunitario, particularmente en las plregarias de los fieles, surgidas de las inquietudes de cada grupo. El Padre Claret, que durante unos cuaranta días removió la vida cristiana de nuestros antepasados leridanos, sigue actuando en las Terres de Ponent con la presencia claretiana de Balàfia.