Costumbres y tradiciones:
La iglesia románica es dedicada en Sant Llorenç, al cual cogieron por patrón a causa del fuego que se había puesto en la población en más de una vez y al simbolizar este elemento, puesto que lo asaron, lo hicieron patrón del pueblo y le fue dedicada la iglesia. De esta restan todavía algunos elementos; iglesia de una sola nave y sin ábside, con un portal con doble arcada, a poniente y, encima, el campanario de pared.
La fiesta de la población era celebrada por Sant Llorenç, y en este día acudía gente de la cercanía. Había la costumbre de dar coca a todo el mundo. Esta coca la ponían en la tradicional «Cámara», y donde acudían todos los venidos.