La Catedral de Lleida acogió el domingo de Pascua la tradicional Misa de Resurrección que fue oficiada por el obispo de Lleida, Mons. Salvador Giménez Valls, y que puso fin a los actos de Semana Santa en la ciudad.

El obispo Salvador centró la homilía en tres palabras: alegría, esperanza y misericordia. Pidió a los fieles que vivieran la Pascua con la alegría de quien la vive por primera vez. Que se olvidaran de la tristeza y la resignación, para manifestar al mundo la felicidad de quien se redime en la fe de Cristo.

A continuación solicitó que se viviera la vida con la esperanza de conseguir la vida eterna, manteniéndose abiertos al futuro y en todo el mundo. El obispo Salvador terminó la homilía pidiendo a los fieles que sean misericordiosos, del mismo modo que lo es un padre con sus hijos. E hizo mención a tener el corazón abierto no sólo a la familia y los círculos más cercanos, sino a todos, creyentes y no creyentes, especialmente a todos aquellos que sufren las guerras, la lacra del terrorismo o el drama de los refugiados.

La noche del sábado, fue el turno de la solemne Vigilia Pascual, en que se celebra la Resurrección de Jesús, el encendido del Cirio Pascual (símbolo de Cristo resucitado), las lecturas de la Palabra de Dios, el canto exultante y el agua del Bautismo, entre otros.