Después de dedicar un año -el pasado- a las grandes celebraciones del P. Palau con motivo del bicentenario de su nacimiento, la fiesta de este año ha tenido un perfil más privado. Sí, la hemos vivido
desde lo mejor de nosotras mismas. Siempre en comunión: con el resto de las carmelitas misioneras, con las comunidades cercanas y en los lugares de culto, por nosotras frecuentados o que contengan huellas de Fco. Palau. La comunidad ha sido la principal plataforma de celebración. Hemos orado, celebrado, reído y agradecido tener por fundador a este hombre. Todo un don para la Iglesia y para la humanidad. La fiesta se prolongó en nuestra parroquia: Sta. Mª Magdalena, en la ermita de Butsènit y, por supuesto, en Sta. Teresita.
En Sta. Mª Magdalena y Butsènit disfrutamos de la acogida de todos. En Sta. Teresita contamos con una espléndida celebración, presidida por la comunidad a pleno. Nos acompañaron amigos y feligreses, incluida la coral Flor del Carme, que nos deleitó con esmeradas interpretaciones musicales. Luego, nos felicitamos en torno a un sencillo pero familiar piscolabis.
Resultó una fiesta entrañable, incentivada por notables promesas. Aludo a las insistentes referencias en torno a la canonización del P. Palau. Según nos indican se encuentra cercana. ¡Nosotras, la aguardamos con inmensa alegría!
En nombre de la comunidad, Ester Díaz, S., carmelita misionera.