Así ha versado el título del retiro que la hermana Mª Dolores Cabello –hija de Jesús, comunidad religiosas de Alcarràs- ha impartido a 30 jóvenes que hemos residido durante el puente de la Inmaculada en la casa de los salesianos de Poblet.

Un título que se ha desarrollado en diferentes contemplaciones y trabajos espirituales: la meditación y reflexión sobre el Principio y Fundamento de los ejercicios espirituales de san Ignacio, la meditación sobre el pecado estructural y el pecado personal, la aproximación a Jesús pidiendo “conocimiento interno” de su persona y su llamamiento a seguirlo para toda la vida.

El retiro ha tenido una duración de tres días. Tres días de silencio donde cada cual ha hecho su camino individual y particular, y ayudándonos de la presencia y actitud de los otros. Las comidas han sido en silencio. Las plegarias de la mañana y de la noche han sido también momentos importantes. La celebración de la eucaristía diaria lo ha acompañado todo. Algunas personas, voluntariamente, han participado de los oficios del monasterio de Poblet: maitines, laudes o vísperas. La comunidad monástica conoce de nuestra presencia, pues así lo comunicamos con tiempo para pedir su intercesión. Algunas personas de nuestra diócesis nos han hecho saber que nos han acompañado con su plegaria y oración, entre ellos, el obispo Joan, en primer lugar.

Un número de diez adultos han acompañado estos 30 jóvenes –24 de nuestra diócesis-, adultos que han realizado las tareas de cocina, de infraestructura de la casa, los acompañamientos personales, las plegarias y los sacramentos, las charlas y pistas por la plegaria, así como otras tareas que son fruto de necesidades que pueden surgir durante los tres días que dura el retiro. Los adultos de la Delegación de Jóvenes hemos acabado agotados. Agotados pero felices de hacer posible unos días de retiro y de plegaria para nuestros jóvenes. El año que viene volveremos.

 

Xavier Navarro, delegado de Jóvenes