El pasado mes de noviembre, quince alumnos del Col·legi Claver-Raimat, formando parte de un colectivo de 125 estudiantes de centros educativos de los Jesuitas de Catalunya, pasaron cinco días en Taizé.

Taizé es un pueblo muy pequeño, no aparece en todos los mapas, cerca de Cluny. Allí viven una comunidad de monjes que se dedican a acoger los jóvenes que llegan buscando sentido y dirección a su vida.

Marta Serrano, la directora de Pastoral del Col·legi Claver-Raimat explica que “Taizé nos ayudó a tener una experiencia de vida sencilla, mucho más sencilla de la que vivimos habitualmente. También nos ayudó a compartir con otras preguntas profundas, a veces sin respuesta. En Taizé, además, guardamos silencio y rogamos”. 

La Marta nos pone un ejemplo de cómo vivieron esta experiencia. Una de las chicas del colegio, cuando ya estaban a punto de marchar de Taizé, escribió: “Al principio, me costó un poco el Evangelio, la fe, Dios,... todo era muy complicado. Pero ahora he decidido abrir mi mente, buscar en el interior de las cosas, no ser superficial. Venía buscando lo que me faltaba para ser feliz. Ahora creo que ser feliz es hacer feliz a los demás”.