"Transparencia" fue la palabra de la que más echó mano el portavoz vaticano, el padre Federico Lombardi, para referirse a los cambios en la Iglesia, impulsados –dijo– por Benedicto XVI y seguidos por Francisco, un papa cuyo "éxito" es, según manifestó, "destruir las distancias y estar al lado de todos". La conferencia del padre Lombardi puso el colofón a la Asamblea de Delegados de Medios de Comunicación Social de las diócesis españolas que se ha reunido en Madrid del 3 al 5 de febrero.
Lombardi que también recibió de manos del Obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, el premio "Bravo" especial a la comunicación, concedido por la Conferencia Episcopal Española, mantuvo el miércoles una densa jornada de actos, durante la cual el jesuita italiano informó de la labor de la Oficina de Prensa vaticana en una época, la actual, que exige "transparencia" y rigor.
Transparencia –precisó– para afrontar, entre otros, los casos de clérigos pederastas. Lombardi reconoció que la presión de la prensa fue un componente muy importante sobre los procedimientos e iniciativas que se han adoptado en estos casos.
"Había que responder a preguntas y a ataques que a veces eran muy ideológicos o parciales", recordó el portavoz, que también destacó la transparencia para informar y afrontar los escándalos financieros relacionados con el Instituto para las Obras de Religión (IOR, el llamado banco del Vaticano) y para informar de manera correcta de hechos hasta ahora inéditos -al menos en la época moderna- como la renuncia de un papa y el juicio al mayordomo de Benedicto XVI por robarle documentos privados.
"Nunca me imaginé -señaló- que tendría que gestionar la información periodística de un juicio en el Vaticano", que se demostró el más mediático de la historia de la Iglesia.
La Sala Stampa, como se conoce a la oficina de prensa vaticana, nació como consecuencia del Concilio Vaticano II y Lombardi reconoció que en este medio siglo "no fue fácil ni pacífico" el camino de las relaciones con la prensa y señaló que hoy día con la velocidad de internet tienen que "convivir con la Red y en la Red" y tienen que estar preparados para informar de manera "correcta y objetiva" de las situaciones que se creen.
Lombardi recordó como les pilló "desprevenidos" casos como el del obispo tradicionalista "lefebvriano" Richard Williamson, que niega el holocausto judío y a quien el papa Benedicto XVI, que no lo sabía, levantó la excomunión, mientras en la red ya se informaba de su negacionismo.
Otro momento difícil fue cuando Benedicto XVI pronunció un discurso en la universidad de Ratisbona (Alemania) en el que habló de Mahoma y que fue considerado "ofensivo" por el mundo islámico.
Ratzinger puso en "pie de guerra" al Islam tras citar una conversación entre el emperador bizantino Manuel II Paleólogo y un erudito persa, en la que el mandatario decía que "Mahoma no había traído nada novedoso excepto la orden de extender la fe mediante la espada".
También las palabras contra el uso del preservativo en la lucha contra el sida que pronunció el papa Ratzinger en un viaje a África y que desataron una fuerte polémica, así como el escándalo Vatileak, que puso en la picota a la Curia Vaticana al desvelar intrigas en su seno, obligaron a la Sala Stampa a revisar su forma de comunicar, precisó Lombardi, en aras de esa transparencia y corrección.
La transparencia -aseguró- es el camino "obligatorio" que tiene que seguir la Iglesia para avanzar en credibilidad y señaló que el impulso dado por el papa Francisco en esa línea "ayuda a vencer resistencias".
Del papa Bergoglio destacó que es un pontífice que se mueve con más libertad que los anteriores, que le gusta la cercanía con las personas, "destruir las distancias, estar cerca de todos" y que su forma de actuar -como cuando llama directamente por teléfono a religiosas u otras personas- obliga a la Sala Stampa a una forma diferente de comunicar, menos oficial.
Es un papa que tiene una relación particular con los fieles, sin distancias y ello se vio -dijo Lombardi- el mismo día en que fue elegido (el 13 de marzo de 2013) cuando pidió que recen por él y que pidieran a Dios que le bendijera.
Lombardi, en esa nueva línea de comunicación de la Iglesia, se mostró contrario al "espíritu del centralismo y el control excesivo" por parte de la Sala Stampa y dijo que es "normal" que haya otras voces autorizadas de eclesiásticos, que pueden ser consultadas por los periodistas.
"Es normal un pluralismo de voces y fuentes" dentro de la Iglesia, añadió el portavoz.