Si hace unos meses pedíamos hacer de la Declaración de la Renta una declaración de principios, ahora seguimos pidiendo la ayuda y el compromiso económico de los bautizados.

Cuando hablamos de principios nos estamos refiriendo a aquello que realmente orienta la vida de un ser humano. A la hora de actuar, es importante ser persona de principios: demuestra la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Al celebrar un año más el DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA (DIADA DE GERMANOR en las Diócesis de Cataluña) tenemos que remitirnos a aquellos principios que nos mueven como Iglesia a ayudar a los demás. Juntos somos la comunidad de los hijos de Dios en la parroquia y en el territorio más amplio que es la Diócesis de Lleida, y estamos presentes y cercanos a nuestros conciudadanos desde los inicios del Evangelio. Participamos en la vida de la Iglesia y somos corresponsables del sostenimiento de nuestra parroquia y de nuestra diócesis.

En los últimos tiempos se ha puesto de moda hablar de paradigma en referencia a un modelo de vida o punto básico de referencia. Cambiar de paradigma sería cambiar de manera de ver o entender las cosas, casi siempre por motivos externos a uno mismo. Pero, cuando nosotros hablamos de principios estamos hablando de aquellas motivaciones interiores que nos sostienen y que nos llevan a tomar decisiones personales y fundamentadas: son las motivaciones que inspiran nuestra conducta cotidiana. No podemos reducirlos a un ideal, a una aspiración o un deber moral a tener en cuenta, sino que califican concretamente nuestra conducta. En la medida en que los vivimos de verdad se manifiestan en nuestras acciones, porque traducen nuestras actitudes de fondo.

El lema de esta Jornada de la Iglesia Diocesana precisa que participar en la vida de tu parroquia es hacer una declaración de principios. Y, contemplando la vida ordinaria de nuestras parroquias y del conjunto de la Diócesis, no puedo menos que agradecer de corazón la participación de tantos en tantas iniciativas y en favor de tantos que necesitan tanto. Seguimos, pues, participando con nuestro tiempo y nuestros talentos y también con nuestra colaboración económica. Compartir es uno de los principios básicos de la vida y doctrina de Jesús.

En esta Jornada dedicada a compartir, hacemos concretamente una llamada a la generosidad de cada uno: la Iglesia necesita tu ayuda y tu compromiso económico.

Recibid el saludo agradecida de su hermano obispo, 

+ Joan Pirirs Frígola, Obispo de Lleida