Tipus
Ayudando a vivir (Obispo Joan)
Autoria
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Fecha publicación: 
Dom, 07/22/2012
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Regar con aguas con nutrientes

 Leyendo un extracto del libro de Mario Toso, sdb, "Rehabilitar la Política", me he parado a reflexionar en las siguientes afirmaciones: "Si los católicos asumieran realmente los principios de reflexión, los criterios de juicio y directrices de acción que ofrece la Doctrina Social de la Iglesia, podrían ser levadura que fermenta la masa, sal que da sabor, fuerza cultural que trastorna radicalmente esquemas y lugares comunes referentes a los problemas cruciales de la libertad, los derechos y deberes humanos, del ambiente, de la orientación financiera de la economía, de la justicia social, de la autoridad, de la democracia, de la comunidad política mundial ".

 Y como seguramente en estos días de verano tenemos menos ocupaciones, ¿por qué no dedicar un tiempo a refrescar principios básicos de esta Enseñanza Social, desconocida para muchos y infrautilizada de hecho por los mismos cristianos a la hora de estar presentes en la transformación de la sociedad? Claro que esto supone remitirse a su fuente más profunda, a sus raíces: Jesucristo (Encarnado, Muerto y Resucitado), su Evangelio y su mandamiento fundamental del amor. ¿Pero no tenemos ya bastantes quebraderos de cabeza con la crisis que vivimos y sus consecuencias?

 Sí, y precisamente en esta situación, los cristianos seguimos llamados a ser sacramento de la nueva humanidad que Cristo ha hecho posible "no sólo despertando el anhelo del siglo futuro, sino dando aliento, purificando y fortaleciendo también aquellos generosos propósitos con los que la familia humana intenta hacer más sostenible la propia vida y someter la tierra a tal fin ... porque la ley fundamental de la perfección humana y de la transformación del mundo es el mandamiento nuevo de la caridad "(Gaudium et spes 38).

 Por eso necesitamos una fe sólida y una presencia evangelizadora en nuestro territorio respectivo. Nos hace falta más formación y virtudes firmes para ser comunidades interesadas en la construcción de la historia según el Evangelio, para superar mediocridades y cansancios, para no ceder a la tentación de la indiferencia ante los problemas de la gente, sino todo lo contrario para ayudar a aplicar criterios capaces de generar nueva vida y esperanza a nuestro alrededor.

 La Enseñanza Social de la Iglesia no es una serie de valores externos a nuestra vida, situados como en un escaparate de lo que podemos elegir a conveniencia. Para nosotros son los nutrientes necesarios sin los cuales no podemos mantener la fidelidad al Evangelio "en situación" ni favorecer, a su luz, los cambios convenientes en una determinada cuestión. Esta Enseñanza Social, bien conocida y asimilada, nos puede facilitar a las personas ya las comunidades aquella consistencia que necesitamos para ser y actuar como cristianos y como Iglesia en el mundo, para ser testigos del Evangelio de la caridad y para poder dar razón de nuestra esperanza en nuestra cultura plural y relativizadora.

 Recibid el saludo de vuestro hermano obispo,

 + Joan Piris Frígola, Obispo de Lleida