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Ayudando a vivir (Obispo Joan)
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Fecha publicación: 
Dom, 11/11/2012
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Contribuyamos a crear una sociedad mejor

El 18 de noviembre, domingo próximo, celebramos el Día de la Iglesia Diocesana (DIADA DE GERMANOR en Cataluña) y tenemos ocasión de revivir lo que significa “ser y hacer" Iglesia, sentirse Iglesia, ser miembros del mismo Cuerpo, asumir personalmente la fe de la Iglesia, la “comunión” con la Iglesia...

A pesar de las muchas debilidades y pecados que nos acompañan, es evidente que las personas y las instituciones de Iglesia, con palabras y obras, contribuyen de muchas maneras a crear una sociedad mejor: la fe en el Dios de Jesús es siempre fuente y garantía de la realización del ser humano y de la humanización de la sociedad.

En este sentido, uno de los aspectos del testimonio cristiano –siempre urgente y significativo para contribuir a humanizar la sociedad, luchando realmente contra todo lo que destruye o aliena es precisamente la solidaridad efectiva con los más frágiles. Eso será para el mundo señal de la "Buena Nueva" que anunciamos como un hecho (Gaudium et Spes, 26b).

Compartir no es únicamente un ideal de espiritualidad. Tiene que llegar a ser una experiencia ordinaria en la vida de cada bautizado y un imperativo para cada comunidad, una realidad estructural, una señal inequívoca de su identidad. La Iglesia ha de ser, prioritariamente, la comunidad de los que comparten aquello que poseen. El mismo signo fundamental de la comunidad, la Eucaristía (Jo 6,26-27), comporta poner en común los propios bienes, como lo entendió y practicó la comunidad de Jesús en Jerusalén desde el principio (Hech 2,42-47).

El Día de la Iglesia Diocesana es una buena oportunidad para reafirmar nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia de Lleida. Cada bautizado según su vocación ha de sentir este gozo y esta responsabilidad y contribuir a dinamizar su entorno, comenzando por su propia comunidad parroquial.

Podríamos hacernos algunas preguntas: ¿Soy un miembro vivo de mi comunidad o un peso muerto? ¿En qué se nota? ¿Soy sólo un ‘consumidor’ de sacramentos y actos de culto (asidua u ocasionalmente), o alguien que se interesa dedicando tiempo y energías porque considero la vida de mi Parroquia como cosa propia? ¿Me preocupo de su vida con hechos? ¿Cuáles? Con seguridad todos ganaremos si nos servimos unos a otros y logramos poner en común más de lo nuestro para que nadie pase necesidad.

Rezo con la Iglesia de Lleida de la que formo parte y dirijo mi llamada a todos sus miembros, mientras agradezco al Buen Dios tantos y tantos ejemplos de bondad como encuentro en ella.

Recibid el saludo de vuestro hermano obispo,

+ Joan Piris Frígola, Obispo de Lleida