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Ayudando a vivir (Obispo Joan)
Autoria
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Fecha publicación: 
Dom, 02/26/2012
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Aprovechemos el tiempo cuaresmal

A las puertas  de una nueva Cuaresma parecería oportuno poner en práctica aquello que recomendaba san Anselmo: «Entra en la zona más íntima de tu mente, saca fuera todas las cosas excepto Dios y, cerrada la puerta, busca al. Señor, enseñáis a mi corazón dónde y como os puede buscar, dónde y como os puede encontrar». Y esto quiero ponerlo en relación expresa con una orientación que el Concilio Vaticano II nos presentó a los miembros de la Iglesia, que vale para todos, y que hace falta repetir muchas veces –y querer poner en práctica–: «escrutar los signos de los tiempos (...) por tal de poder responder a los interrogantes perennes del hombre sobre el sentido de la vida presente y futura, y sobre su relación recíproca» (GS 3-4).

Vivimos en medio de un mundo lleno de ruido, y hace falta recuperar la capacidad de silencio y de escucha con tal de  asegurar una buena relación con nosotros mismos y también para sabernos poner ante los otros sintiendo la propia responsabilidad.

Dicen que la progresiva conquista de autonomía de la que disfruta el hombre moderno nos hace  alérgicos a los deberes, pero quizás también una concepción ambigua de libertad y el fuerte subjetivismo existente nos lleve a perder el principio de responsabilidad. Esto podría explicar aquel cierto desinterés que parece haber hacia algunas de las realidades que nos rodean. Hay quienes “pasan” de demasiadas cosas como si no fuera miembro de la misma comunidad humana. Esto es preocupante porque, llevándolo alextremo, podría reproducirse aquello que la Biblia pone a los labios de Caín: «Soy yo quizás el guardián de mi hermano?».

Por otra parte es bonito, y dice mucho en favor de quienes nos llamamos cristianos, empezar a preparar las celebraciones de los acontecimientos centrales de nuestra fe, concentrando la atención en algunos momentos de la vida de Jesús, sobre todo los que nos ayudan a revivir su Muerte y Pasión. Reconozco que tiene su mérito y es una proclamación pública que nos puede hacer mucho bien a todos. Pero, ¿dónde queda la celebración de la Resurrección y las perspectivas de vida y realización que obra la Pascua del Señor? ¿Cómo podemos tenerla más en cuenta y prepararnos ya a vivirla de manera participativa y responsable?

Este es un tiempo en el que, a nuestras comunidades parroquiales, suele aumentar la oferta de formación y haría falta aprovecharla. Seguimos teniendo necesidad de discernir, de ver pros y contras, de separar el grano de la paja, etc, y a todos nos vendrá bien poner al día aspectos fundamentales de nuestra vida cristiana. Cuando menos por actualizar algunos aspectos o contenidos,e incluso, actitudes más o menos adecuadas que nos pueden ayudar a profundizar y a distinguir entre “asistir y celebrar o participar”. Sin hablar de las generalizaciones habituales que se hacen indistintamente de los denominados “oficios religiosos”, sin mayores precisiones litúrgicas.

Así, pues, empecemos a evaluar y seguro que podremos mejorar.

Recibid el saludo de vuestro hermano obispo,

+ Joan Piris Frígola, Obispo de Lleida