La Casa de la Iglesia acogió este sábado la primera sesión del itinerario de formación previsto para este 2025, en la línea de lo que pidió la Asamblea Diocesana del pasado mes de mayo, con el objetivo de promover un cambio en la dinámica de realizar la pastoral en la diócesis. El encuentro contó con una notable participación de un centenar de personas de todos los ámbitos de la vida pastoral de la diócesis: presbíteros y laicos que participan en las parroquias, en los consejos de pastoral, catequistas, militantes de movimientos, entre otros.

 

En la sesión de este sábado se ha tratado la vocación bautismal, acompañada de la reflexión del Padre Juan Bahía sobre el bautismo, que es lo que nos configura como seguidores de Jesús, que nos da un sentido a nuestra vida y que nos lleva a participar activamente en la construcción del Reino de Dios. Espoleó a los presentes a que las parroquias sean lugar de vida comunitaria y el centro de la vida del barrio, donde todo el mundo, los que son de iglesia y los que no lo son, se sientan acogidos, y sean el lugar de donde surjan iniciativas que mejoren la vida de las personas, sobre todo de aquellas que son descartadas por la sociedad.

 

Hubo un trabajo de grupo en el que cada uno de los presentes asumió el reto de revitalizar las comunidades para que se conviertan en lugares de acogida y de puertas abiertas allí donde están ubicadas. En un segundo momento, Assun Solà, animadora de comunidad en la Parroquia de San Pablo de Lleida, dio su testimonio, compartiendo cómo vive ella su seguimiento a Jesucristo y cómo ha sido su proceso personal de la adhesión a Él.

 

En el tercer y último momento de la jornada, se hizo mención a toda la vida comunitaria ya las diversas realidades ya existentes en nuestra Diócesis de Lleida, mediante las cuales se hace posible el anuncio de la Buena Nueva de Jesús de Nazaret.