Tipus
Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Producció
Fecha publicación: 
Vie, 07/05/2019

Queridos diocesanos:

 

  Se ha dado en llamar voluntario a aquella persona que se presta a realizar un servicio en favor de los demás de forma altruista, sin percibir remuneración y sin estar sometido a ningún tipo de coacción. Utiliza parte de su tiempo y sus cualidades para servir a una persona concreta o a una comunidad. Muchos de ellos se mueven por convicciones morales o por su propia fe.

 

  En los últimos tiempos se ha extendido el fenómeno del voluntariado de una manera llamativa. Aunque en todas las épocas ha existido parece cobrar nueva fuerza en la actualidad de tal modo que algunos estudiosos lo sitúan como uno de los rasgos característicos de nuestra sociedad.

 

  Con esta breve descripción paso a contaros una experiencia que se inició el verano pasado y que, en mayor número de personas, se repite durante estos meses. Dieciséis voluntarios van a dedicar parte de su vida a prestar un servicio en un centro de menores en Guatemala que gestionan una comunidad de religiosas de la congregación Marta y María. Esta lleva fundada más de cuarenta años en ese país y mantiene varias obras en muchas partes del mundo. En España tienen abiertas más de 30 casas atendiendo a niños, ancianos y también residencias sacerdotales. En este último caso se encuentra nuestra diócesis donde reside una comunidad de religiosas desde hace cinco años atendiendo a los sacerdotes que residen en la casa habilitada para ellos junto al edificio del obispado.

 

  El grupo de voluntarios de Lleida dedicará su tiempo durante este verano, en turnos y grupos, a ayudar a los niños y adolescentes que viven en un centro de acogida en la llamada Ciudad de la Felicidad en Esquipulas (Guatemala). Allí mismo está cumpliendo un servicio excepcional el sacerdote de nuestra diócesis Víctor Espinosa. La acción está siendo coordinada por la Delegación de Misiones de nuestro obispado que ha preparado toda la documentación y ha organizado unas jornadas de formación para explicar el proyecto y favorecer una rápida adaptación al trabajo y a la sociedad en la que estos voluntarios vivirán durante este tiempo.

 

  Además de la información sobre esta hermosa actividad, quiero aprovechar estas líneas para agradecer a tantos voluntarios que en las distintas organizaciones eclesiales prestan sus servicios en el ámbito de las colonias de verano, en los centros de atención a mayores, en el reparto de alimentos o en la preocupación por las personas que llegan buscando trabajo y carecen de vivienda y con una mínima protección y seguridad. También están en el corazón de la diócesis todos aquellos catequistas, lectores, animadores de comunidad y personas que colaboran en el mantenimiento de templos y locales parroquiales. Todos ellos lo hacen movidos por la fe en el Señor y por el amor a su Iglesia. Por supuesto existen otros voluntarios en distintos ámbitos sociales que son ejemplo y admiración por su gesto altruista y por su dedicación solidaria.

 

  Aprovecho la ocasión para resaltar la importancia del voluntariado y animar a todos a favorecer su implicación en alguna organización que ponga al prójimo como centro de sus vidas. Conviene, hoy más que nunca, acentuar las acciones positivas de estos grupos. No caigamos en el desánimo al contemplar una parte de nuestra sociedad como individualista, utilitaria, preocupada sólo por el dinero y el consumo excesivo. Hay algo más que da felicidad a multitud de personas de nuestro entorno.

 

Con mi bendición y afecto. 

                      

                  +Salvador Giménez, obispo de Lleida