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Cerca de vosotros (Obispo Salvador)
Autoria
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Fecha publicación: 
Vie, 04/24/2020

Queridos diocesanos:

En la situación actual se han dado nuevas orientaciones para las distintas celebraciones de las familias y comunidades cristianas. Lo venimos haciendo desde mediados del mes de marzo respecto a las celebraciones de los sacramentos en los templos, a las procesiones y actos en las calles durante la Semana Santa, a las oraciones por los difuntos y atención a las familias que lloran por la pérdida de un ser querido… A muchas actuaciones que inciden en el desarrollo de la vida cristiana.

 

Ahora parece obligado hacer un breve comentario sobre la celebración de las primeras comuniones que tanto arraigo tienen en el entorno social. Es una fiesta familiar y parroquial que se prepara y se celebra generalmente en este tiempo de Pascua.

 

Habrá que empezar reiterando la comprensión por las decisiones que toman los responsables en los diversos ámbitos de la vida y que recaen sobre nosotros y nos comprometen a todos. Las familias en general y los padres en particular ya saben lo que significa atender a los niños y adolescentes en los domicilios durante varias semanas. Ahora se les pide la aceptación de una nueva guía en la parte final del proceso catequético de sus hijos que culmina con la fiesta de la Eucaristía.

 

En una nota que envié a todos los sacerdotes el pasado 30 de marzo, les indicaba que cada parroquia o cada colegio, en diálogo con los padres implicados, decidiera lo más conveniente para esta celebración festiva; o bien aplazándola a finales de este curso o bien dejando la organización para el curso siguiente.

 

Quiero manifestar mi gratitud y mi reconocimiento a todos los que han seguido con la tarea parroquial de la catequesis durante estos meses utilizando las nuevas tecnologías. Intentaban mantener el interés en los niños y padres en el desarrollo de los contenidos de la fe. Me consta que desde la Delegación diocesana de Catequesis se ha enviado un sinfín de recursos para ayudar a los catequistas en su misión. Ha sido muy bien aprovechado en este período de preparación aunque a los padres les urgía conocer cómo repercutía la permanencia de las medidas sanitarias o sociales con la fiesta familiar y parroquial o escolar. Era obligado disipar dudas y se exigía, en cuanto fuera posible, tomar una resolución que seguramente alteraba los planes previstos.

 

Alguna buena lección hemos aprendido todos en esta trágica circunstancia. Valorar las prioridades del proceso catequético; es infinitamente más importante la celebración y la dedicación callada de tantos catequistas en sus muchas sesiones con los niños que la fiesta externa y la multiplicación de asistentes y regalos. Así lo han afirmado muchos durante los últimos años. Los costes de la fiesta no deben exceder a las posibilidades familiares. La excusa económica no debe entrar en la mente de los padres si desean que sus hijos continúen con el conocimiento de Jesucristo. Retrasar un año la celebración significa un mayor tiempo de preparación.

 

Otro dato a tener en cuenta respecto a la edad. Hace tiempo que se dispuso recibir el sacramento durante el tercer curso de primaria, tras dos cursos de catequesis, contando que se puede iniciar antes con el llamado despertar religioso con el acompañamiento de padres y núcleo familiar.

 

 Que estas decisiones redunden en una mejor y mayor valoración de la catequesis y de la vitalidad de la comunidad parroquial.

 

Con mi bendición y afecto.

 

† Salvador Giménez Valls, Obispo de Lleida