El Simposio Mariano que organiza bianualmente la Academia Mariana y el Instituto de Ciencias Religiosas de Lleida, atrasado un año en esta quinta edición a causa de la pandemia, ha sido dedicado a "profundizar en el papel de la mujer en la sociedad y en la Iglesia para poder hacer alguna aportación en la fase diocesana del Sínodo que el papa Francisco ha convocado a toda la Iglesia”. Se ha iniciado con una sentida plegaria dirigida por el Obispo Salvador, seguida de unas palabras de bienvenida del director de la Academia Mariana, doctor Joan Viñas, dando la palabra a las ponentes presentadas por la señora Francesca Agustí.

 

A través de la ponencia "Mujeres e Iglesia" la doctora Mar Pérez ha hecho una reflexión inicial sobre la misoginia en Occidente que se fundamenta en tres pilares: el mundo griego y, en concreto, Aristóteles que acuñó la expresión "sexo débil"; la herencia de Eva del Génesis "por una interpretación hermenéutica que habría que revisar", que considera el engaño de la mujer y fundamenta su sumisión al hombre; y, finalmente, el mundo grecorromano que atribuye a la mujer la condición de ser portadora de todos los males según el mito de Pandora.

 

La vicedirectora del IREL, ha continuado, revisando la presencia de la mujer en la Sagrada Escritura, fijándose en el pasaje evangélico de Marta y Maria (Lc 10,38-42) para dejar claro que "Jesús no critica la diaconia o servicio, sino el exceso de actividad y abre a la mujer la escucha de la Palabra de Dios". Centrándose en las cartas auténticas de san Pablo, la doctora Pérez ha argumentado en contra de la tradicional misoginia atribuida al apóstol. En concreto, ha hecho referencia a mujeres prominentes y reconocidas de sus comunidades y en las que Pablo confía - Evodia y Síntique (Fl 4,2-3), Febe (Rm 16,1), Júnia...- para poner de relieve el trato de igualdad hombre-mujer en el apostolado: "San Pablo respeta las mujeres como colegas en un sentido lleno y elogia su entrega a la obra eclesial".

 

Con todo, la ponente ha puesto ejemplos de reconstrucción androcéntrica del cristianismo primitivo por parte de biblistas y exégetas, especialmente de la edad media, antes de pasar a analizar la situación de la mujer a la Iglesia actual. "Ningún documento de Iglesia tiene en cuenta la opinión de las mujeres...no se les pide la colaboración porque son invisibles jerárquicamente". Desde una perspectiva más personal y con una visión no demasiada esperanzada, a pesar de las tímidas aportaciones del papa Francisco, la teóloga ha pedido que "se deje de mirar a las mujeres con recelo y se escuchen las experiencias femeninas de compromiso con el evangelio y abordar la cuestión del diaconato y sacerdocio femenino con pulcritud de corazón". También ha reivindicado la gran aportación que puede hacer la mujer ante los retos sociales y eclesiales de hoy, así como la necesidad de que la Iglesia "se sienta interpelada por el movimiento feminista que reclama la igualdad real de la mujer y tenga un papel constructivo ante la barbarie de mujeres asesinadas y violadas".

 

La doctora Mar Pérez ha acabado sus brillantes y valientes reflexiones bíblicas y personales, hechas "desde el amor más sincero en nuestra Iglesia" apostando por la conveniencia de leer la Sagrada Escritura de una manera integral y hacer una revisión hermenéutica de textos que se han interpretado de forma interesada para defender el sometimiento de la mujer: "No es muy cristiano que la mujer tenga a menudo un papel marginal dentro de la Iglesia. Hombres y mujeres tenemos que andar juntos para llevar el evangelio de Jesús: este tiene que ser nuestro objetivo."

 

Seguidamente se han presentado dos experiencias prácticas. Con la "Visión femenina centrada en la atención a las personas vulnerables", María José Rosell, profesora de la UdL y secretaria general de Cáritas, ha centrado su exposición en los conceptos de cuidado y vulnerabilidad. Ha dejado claro que “el cuidado no es una profesión, sino una actitud humana, necesaria para la existencia” que no tendría que ser exclusiva de la mujer, aunque tradicionalmente haya estado en sus manos. Por vulnerabilidad se entiende la fragilidad que todos tenemos, pero hace falta acercarlas, es a partir de la realidad , que cada cual crea de acuerdo con su punto de vista- poniendo la persona en el centro: "aproximarse al próximo quiere decir que quiero ver la realidad, me pongo en contacto y veo el otro como un hermano, sin despersonalizarlo".

 

Margarida Llop, pedagoga y animadora de comunidad de la parroquia de Montserrat ha explicado su experiencia particular, entendimiento como un llamamiento a una vida más comprometida. Ha destacado la importancia de la formación que la ha llevado a hacer un proyecto de parroquia acogedora siguiendo el modelo de Maria de Nazaret. Ha hecho una reivindicación esperanzada del principio de igualdad hombre-mujer en la Iglesia: "todos tenemos que sumar" y conseguirlo "también depende de nosotras mismas, las mujeres, con nuestra dedicación y nuestra voluntad, sin miedo". Por eso ha resaltado la necesidad "de formar unos cristianos firmes en lo esencial y humildemente alegres en su fe." (San Juan Pablo II)

 

El Simposio ha acabado con un rico coloquio entre los asistentes presenciales y los que se habían conectado para seguirlo virtualmente, poniendo de relieve la llamada de la igualdad dentro de la Iglesia a la vez que animarnos "a seguir trabajando haciendo camino para la renovación." Coincidiendo con el Simposio el reconocido etnógrafo leridano, Cruz de Sant Jordi, Joan Bellmunt y Figueras ha hecho donación a la Biblioteca-Archivo de la Academia Mariana de 150 volúmenes de temática mariana. Este tesoro bibliográfico ya tiene un espacio propio dentro de la Biblioteca-Archivo de la institución que los asistentes al Simposio han tenido la oportunidad de visitar durante la jornada.

 

En los siguientes enlaces podéis ver la conferencia de Mar Pérez y la mesa de experiencias con Maria Jose Rosell y Margarida Llop:  

https://youtu.be/jaHX3-T7XyE (xerrada Mar Pérez)
https://youtu.be/zX8BiA2aA1E (Taula d'experiències)