
[25-09-25] Gran parte de la comunidad católica de Lleida se ha reunido esta tarde en la catedral para celebrar la Jornada del Envío, que tradicionalmente abre el curso diocesano. Presidido por primera vez por Mons. Daniel Palau, el Envío es la forma de renovar el encargo de los bautizados de ayudar al obispo a difundir el mensaje del Evangelio en la sociedad. Han participado presbíteros, miembros de la vida consagrada, catequistas, profesores de religión, docentes de centros católicos o responsables de esplai, entre otros colectivos que comparten el objetivo de ser misioneros.
El obispo Daniel dijo a los asistentes que “aprender a ser misioneros significa aprender también a ver el vaso medio lleno”. Reconociendo que, como dice la lectura del Evangelio que se pudo escuchar, “la cosecha es abundante, pero faltan segadores”. “Esto no nos puede atemorizar, al contrario: queremos aprender a descubrir ese vaso medio lleno, esa cosecha abundante”. Animó a “contagiar alegría, a ser testigos que convenzan y atraigan desde la alegría”.
La celebración del Envío consta de un diálogo en el que el obispo pregunta a los fieles si están dispuestos a seguir a Cristo y a difundir su mensaje, de una manifestación de compromiso de los asistentes y de la imposición de manos por parte del prelado para orar para que el Espíritu Santo les ayude en la tarea de ser mensajeros y testigos del Evangelio.