Episcopat Lleida
Anys inicial-final del mandat com a bisbe de Lleida: 
1236-1238

Aragonés de familia noble, fue maestro en teología, sacristán del cabildo de Lleida, obispo de Lleida, (1236) y arzobispo de Tarragona (1238).  

Durante dos años rigió y dirigió la iglesia leidana. Fue sacristán de la catedral de Lleida y prepósito   de la parroquia de Sant Andreu, en Lleida, ciudad, según estaba determinado por la “’Ordenatio Ecclesiae Ilerdensis”. La iglesia leridana estaba organizada en unidades de acción pastoral, en la ciudad y sus alrededores.

Fue obispo elegido por los dos cabildos catedrales: Lleida y Roda.

Asistió al concilio de Lyón, convocado por Inocencio IV. Convocó diez concilios provinciales entre   1239 y 1250, dedicados especialmente a la reforma del clero y a la defensa de los bienes   eclesiásticos. Durante su prelatura reformó el cabildo de Tarragona e incorporó a la mitra diferentes pueblos y lugares. Participó en la conquista de la ciudad de Valencia y defendió la incorporación de la diócesis al arzobispado de Tarragona, en contra del de Toledo. 

Gregorio IX encargó a Pere d’Albalat, junto con Bernat Calvó, y Raimond de   Penyafort, la elección del nuevo obispo de Mallorca, que fue el primer sitio de la reconquista isleña. El elegido fue Raimond de Torrella, O. P. Este renovó las constituciones de la iglesia leridana. En la catedral solamente   habría veinticinco canónigos, ninguno más. Las doce preposituras las habrían de presidir los canónigos respectivos.

—... los cuales habrían de dar los diezmos de sus frutos, a la obra de la Seu, mientras durase su fabricación”.

Los canónigos honorarios recibían una porción canónica. Pere d’Albalat se lo suprimió.

Junto con el obispo de Urgell, intervino en la concordia que hubo entre el rey Jaime I y el conde   Ponç de Urgell, en Tárrega -1236- posterior a una lucha que duró cuatro años. Balaguer y parte de lo que el conde tenía en Lleida, pasarían a la Corona de Aragón.

Alcanzó mucha fama con su tratado “de septem sacramentorum”.normas para la administración de los sacramentos por parte de los sacerdotes. Reestudiado muchas veces.

Entre algunos decretos de vida diocesana destaca que:

•   nadie recibiría el acolitado si no sabía bien el latín,

•   se tendría gran reverencia en el altar, donde se custodiaba el Corpus Christi,

•   se recomendaba que el vino de misa no fuera ni blanco, ni tinto, sino rosado,

•   los fieles habrían de saber el Pater noster, el Credo y la Salve,

•   los corporales del altar habrían de estar bien limpios, como lo estaban los de los altares del Císter.

El año 1238 fue trasladado a Tarragona. Murió el 2-VII-1251 y según Blanch Villanueva fue enterrado en el monasterio de Poblet, mientras que para Ponç d’Icart, descansa en el convento de los frailes predicadores de Tarragona.

Mn. Ramiro Viola González