Nacimiento y familia de Vidal
El día 7 de febrero de 1916 nació Vidal en Cuadros, provincia y diócesis de León. Era el último hijo del matrimonio formado por Cipriano y Saturnina. El mismo día de su nacimiento, ante el peligro de que muriera, recibió el bautismo de socorro de manos de su tía D." García. Fue confirmado por el obispo de de León el 22 de octubre del año 1917.
Infancia feliz en su pueblo natal
Cuando Vidal nació, su pueblo tenía algo más mil doscientos habitantes. Éste se halla situado el valle del río Bernesga, cuyas aguas hacen fértiles sus campos. Las gentes del lugar los dedican al cultivo de productos agrícolas, cereales y legumbres principalmente. Los buenos pastos del lugar permiten también la cría de ganado. Vidal vivió en tranquilo lugar hasta casi cumplir los trece disfrutando de una infancia feliz.
Vidal destacaba por su inteligencia y aplicación
Decían de él sus familiares que era el más inteligente de todos los hermanos, siendo también el que mayor cuidado ponía en agradar a sus padres y en ayudarlos en los trabajos. Dotado de un temperamento serio, Vidal mostró pronto inclinación al estudio, destacando por su especial aplicación. El maestro solía ponerlo como modelo en la escuela y el párroco en la catequesis.
Ingresa en el seminario del Instituto Marista donde se forma y en el que profesa
Como uno de sus hermanos ya era religioso marista, optó por seguir sus pasos. Ingresó en el seminario marista de Venta de Baños (Palencia) el 30 de noviembre de 1928. Como premio por su empeño en los estudios, por su docilidad y por su buen espíritu, fue enviado a Blancotte (Francia), para proseguir sus estudios y aprender el francés. El 1 de febrero de 1934 va al noviciado de Tuy (Pontevedra) y se dispone a seguir la llamada divina con generosidad. Allí viste el hábito marista el día 15 de agosto de 1934 y recibe el nombre de H. Jorge Camilo. Emite sus primeros votos temporales el día de la Asunción de 1935. Lo asesinaron antes de que pudiera hacer su profesión perpetua. Su consagración definitiva fue la entrega de su vida a Dios por medio del martirio.
Corto itinerario docente del H. Jorge Camilo
Inmediatamente después de su profesión temporal, es destinado al colegio San José, situado en la calle Fuencarral, n. 126, de Madrid. Este colegio fue su único destino, ya que, en esta ciudad, consiguió la gracia del martirio. Llegó a dicho colegio con los mejores deseos de superarse a si mismo y, en él, comenzó a cumplir un ideal apostólico largamente soñado. Se entregó de lleno a su misión, haciéndose cargo de la clase de los alumnos más pequeños del colegio.
El H. Jorge Camilo de disposición abierta y receptiva
Siempre estaba abierto a las orientaciones de los hermanos más experimentados en las tareas escolares y se dejaba guiar por ellos. Preparaba sus lecciones con esmero y no se acostaba hasta que tenía todo a punto para el día siguiente. Repartía a manos llenas, entre sus hermanos y sus alumnos, un trato inteligente, delicado y prudente.
Sus deseos de educador se truncan con la persecución religiosa de 1936. Detención, cárcel, libertad y martirio
Sus buenas disposiciones, sus deseos e incluso sus sueños quedaron pronto truncados: eran otros los designios de Dios para con él, ya que lo tenía destinado para el supremo sacrificio del martirio.
Cuando los milicianos asaltaron el colegio San José el día 20 de julio de 1936, el H. Jorge Camilo estaba en la cama, enfermo de tifus. No tuvieron piedad de él: lo obligaron a levantarse y lo llevaron a la cárcel Modelo. Estuvo en ella hasta noviembre, mes en que fue trasladado a la de Porlier. En ésta, conoció a José María Menoyo, con quien entabló una entrañable amistad. A principios de 1937, después de ser juzgado, lo dejaron en libertad. No sabía a dónde ir, por lo que su amigo le dio una carta para su madre y ésta lo acogió en su casa como si fuera un hijo. Lo movilizaron y lo destinaron al cuartel instalado en el colegio de los padres paúles de Hortaleza (Madrid), donde estuvo en un batallón de fortificaciones de la Brigada Líster. Al enterarse los jefes militares de que era religioso, lo asesinaron el 21 de agosto de 1937 en el patio del cuartel, para escarmiento de todos. Así alcanzó la gloria del martirio. Se cree que sus restos mortales están inhumados en la huerta del colegio, ya que consta con certeza que los asesina- dos en dicho cuartel eran enterrados en ella.
Benigno GIL