El obispo de Lleida, Joan Piris, reclamó el reconocimiento de la Iglesia como artífice del origen de este “matrimonio canónico” que hacen cultura y fe en las tradiciones populares, durante los actos de la Fiesta del Corpus, que ayer empezaron en la Academia Mariana con la lectura del pregón, a cargo del escritor Joan Bellmunt.

Monseñor Piris aludió a los índice de participación ciudadana en las fiestas tradicionales, la mayoría de las cuales tienen su origen en el cristianismo, pero de las cuales había desaparecido prácticamente la presencia de Jesús eucarístico.

Estos fenómenos, en los cuales los leridanos seguían más a la figura de Santo Anastasi, que a la del Sagrario en una procesión, decía el obispo Piris aludiendo a las pasadas Festes de Maig, generaban dudas entre los pastores de la Iglesia e invitaba a la reflexión .

Es el momento que recapitulamos porque la presencia de la eucaristía se esencial y nos brinda la oportunidad de distinguir el grano de la paja. “Tenemos que explicar el por qué se hacen las fiestas, que significan y cual es su origen, como si fuera una catequesis plástica, que para muchos ciudadanos es muy importante.”, acabó diciendo.

El escritor Joan Bellmunt también acabó su intervención invitando a los presentes a ”abrir las puertas del corazón para que entrara la luz del amor y que su claridad traspasara a todo el mundo”.

Bellmunt basó su pregón en un recorrido por las tradiciones que rodean la Fiesta del Corpus, desde sus orígenes con el Papa Urbano hasta la actualidad, y en explicar la causa y la simbología de algunas de ellas.

El ‘ou com batlla’, que todavía se conserva en Solsona, las enramadas, las vànoves en los balcones y las alfombras de flores en las calles, que inicialmente tuvieron una función más higiénica que decorativa, fueron el eje central del pregón de Bellmunt, que cerró su intervención con un poema sobre el Corpus de mosén Cinto Verdaguer, el cual hacía un centenar de años que había visitado el local donde él ahora estaba pronunciando el pregón.