La estrecha relación de mosén Martí Bravo con la Diócesis de Lleida y sus sacerdotes –conviviò con ellos durante 24 años en el Pont de Suert–, ha sido el motivo para que se celebrara el 26 de enero una misa funeral en su honor en la parroquia del Carmen de Lleida.

La misa exequial por el alma de Padre Martí Bravo tuvo lugar el mismo día en la catedral de Barbastro, localidad donde residía desde que cayó enfermo. A la misma asistieron numerosos presbíteros de los dos obispados, entre los cuales figuraba Mn. Josep Anton Jové, vicario de pastoral de la diócesis de Lleida.

El padre Martí era natural de Lleida, lugar donde había nacido el 22 de mayo de 1943, en el domicilio paterno de la calle del Carmen. Seis días después entró en la familia de los hijos de Dios en la misma la parroquia, lugar donde celebró su primera misa el 5 de junio de 1966, al día siguiente de ser ordenado sacerdote.

Durante veinticuatro años ejerció su ministerio en Senet y en Vilaller, en el Alta Ribagorza; posteriormente, desde el año 1990, sirvió la parroquia de Fraga, todavía entonces Obispado de Lleida. En Fraga servía era cuando el 1998, esta ciudad pasó a la diócesis de Barbastro-Monzón. Allí continuó el padre Martí 14 años más, hasta que, al caer enfermo, tuvo que retirarse en la ciudad de Barbastro.