El delegado de Liturgia y Espiritualidad del Obispado de Lleida, Mn. Gerardo Soler, nos aporta una nueva col·laboración. Esta semana sobre la estructura de los Laudes y las Vísperas.

Podéis leer el texto a continuació o descargarlo del documento adjunto.

Domingo XVIII del tiempo ordinario (B)

(Domingo del I discurso eucarístico)

Estructura de los Laudes y las Vísperas (3)

h) Responsorio

          "Como respuesta a la Palabra de Dios, se ofrece un canto responsorial o responsorio breve" (OGLH 49).

i) De pie 

          "Todos los participantes estarán de pie: durante el cántico evangélico, mientras se dicen las preces, el Padrenuestro y la oración conclusiva" (OGLH 263).

j) Cántico evangélico 

          "Seguidamente se dice, con su correspondiente antífona, el cántico evangélico, que en los Laudes será el cántico de Zacarías, "Benedictus", y en las Vísperas el cántico de María, "Magnificat". Tales cánticos que la Iglesia romana ha empleado y ha popularizado a lo largo de los siglos, expresan la alabanza y acción de gracias por la obra de la Redención. Las antífonas correspondientes al "Benedictus" y al "Magnificat" están señaladas de acuerdo con las características del día, del tiempo o de la fiesta" (OGLH 50). 

          Son síntesis de toda la historia de la salvación; y la antífona le da el color de la fiesta, sacada en muchas ocasiones del Evangelio de la jornada. 

k) Preces

          "Terminado el cántico, en los Laudes se tienen preces, consagrando a Dios el día y el trabajo; en las Vísperas, las preces son de intercesión" (OGLH 51). 

          "La Liturgia de las Horas celebra ciertamente las alabanzas de Dios, ahora bien, tanto la tradición judaica como la cristiana no separan la oración de petición de la alabanza divina; a menudo la súplica es en alguna manera una deducción de la alabanza divina. El apóstol San Pablo exhorta a que se hagan "peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los constituidos en dignidad, a fin de que gocemos de vida tranquila y quieta con toda piedad y honestidad. Esto es bueno y grato ante Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvados y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Tim 2,1-4). Dicha amonestación fue interpretada a menudo por los Padres en el sentido de que debían hacer intercesiones por la mañana y por la tarde (S.J.Crisóstomo, In Epist. ad. Tim.I, en PG 62,530)" (OGLH 179). 

          "Como se hace en el Padrenuestro conviene enlazar las peticiones con la alabanza a Dios o la confesión de su gloria, o la conmemoración de la historia de la salvación" (OGLH 185). 

          "En las preces que tienen lugar en las Vísperas, la última intención es siempre por los difuntos" (OGLH 186). 

          "Como la Liturgia de las Horas es, ante todo, la oración de toda la Iglesia por toda la Iglesia e incluso por la salvación de todo el mundo, conviene que en las preces las intenciones universales obtengan absolutamente el primer lugar, ya se ore por la Iglesia y los ordenados, por las autoridades civiles, por los que sufren pobreza, enfermedad o aflicciones, por las necesidades de todo el mundo, a saber, por la paz y otras cosas semejantes" (OGLH 187).

          "Es lícito, sin embargo, tanto en los Laudes matutinos como en las Vísperas, añadir ciertas intenciones particulares" (OGLH 188).

Mn. Gerardo Soler

Liturgia viva. Liturgia de las Horas, 2-8-15

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