Alimentar la alegría de la Fe, manifestada en la esperanza y realizada en la caridad, y reafirmar la comunión diocesana, potenciando las áreas de cooperación en cada arciprestazgo y unidad de pastoral, han sido los dos encargos del obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, a los más de 300 agentes de pastoral de la Diócesis, reunidos este jueves, 25 de septiembre, en la Casa de la Iglesia-Academia Mariana y que han de servir para orientar el trabajo en las diferentes entidades y organismos durante este curso eclesiástico que ahora empieza.

Jornada de Envío, que este año volvió a llenar el Auditorio de la Academia Mariana, lo cual hizo necesario habilitar un circuito cerrado de televisión en el Oratorio para poder dar cabida a todos los que querían seguir el acto, estuvo introducida por el vicario Episcopal de Pastoral, Mn. Josep Antoni Jové, y por el vicario general, Mn. Ramón Prat.

Para este curso pastoral, el obispo Joan ha tenido en cuenta la carta-encíclica del Papa Francisco, ‘Evangelii Gaudium’ (La joya del Evangelio) y, cuando se ha dirigido a la asamblea, ha apuntado que estos dos mensajes son más un subrayado que una novedad dentro de la dinámica de renovación que se vive en la Diócesis de Lleida. “En sintonía con las cuatro pastorales de estos últimos años (‘Entre todos y para el bien de todo el mundo’; ‘La iniciación cristiana. Creer, vivir y anunciar el Evangelio’; ‘Presencia de Iglesia a la sociedad’, y ‘La necesaria calidad espiritual’) he seleccionado dos aspectos importantes: La Fe y la Comunión”, ha apuntado Mons. Piris.

El obispo de Lleida recuerda que el Vicario de Roma nos pide alimentar la alegría de la Fe. Ahora bien, no se trata sólo de vivir contentos. “Cuando el Papa Francesc dice que hay cristianos que viven una Cuaresma sin Pascua y que un evangelizador no ha de tener siempre cara de funeral, está pidiendo una urgente renovación de la Iglesia. Y el primer síntoma es esta alegría que supone una reforma misionera desde la conversión, desde la participación de todos, desde la opción preferencial por los pobres y desde el diálogo con el mundo”, sigue diciendo nuestro pastor. “La ausencia de alegría y de esperanza es un obstáculo y está influyendo negativamente en nuestras mismas comunidades”, dice, citando al Evangelii Gaudium.

Y como la Fe cristiana se vive en comunión, el segundo encargo del obispo Joan es reafirmar la comunión diocesana, porque nuestra realidad es cada día más plural, también entre los miembros de las comunidades cristianas. Pues más allá de las diferencias, sabemos que estamos llamados a vivir y crear comunión. No se trata de aguantar a quienes tienen una mentalidad diferente de la mía o apoyar sólo con quienes son de mi cuerda. “La comunión con los hermanos y hermanas es la mejor manera de manifestar la presencia de Jesucristo entre nosotros”, sigue diciendo nuestro obispo.

Ahora bien, el obispo Joan recuerda que la comunión en la Iglesia no es una cosa abstracta. “Vivir en comunión pide que cada comunidad eclesial se construya como un verdadero tejido de relaciones interpersonales. Ésta es la finalidad de potenciar las áreas de cooperación en cada arciprestazgo y unidad pastoral. “De este modo se potencia la misión común en las parroquias y delegaciones; se favorece la coordinación de actividades y se da un testimonio de unidad y de servicio mutuo entre territorios y sectores pastorales”, según Mons. Piris.

Con este espíritu de comunión con obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos, el obispo Joan ha animado a la asamblea diocesana a impulsar la acción pastoral y a seguir buscando nuevas formas de presencia de la Iglesia en la sociedad.

Os adjuntamos varios archivos con el discurso del obispo Joan y los documentos que recogen las prioridades diocesanas.

En este enlace, podéis ver las fotos del acto de Envío.