En Toledo, donde permanecerá hasta su muerte. Tampoco tuvo excesiva satisfacción en su nueva labor docente, pero no se desesperó por ello. En vez de desanimarse, se dedicó a fortalecer más y más su vida interior. A todas estas adversidades se añadían las que provenían de la situación política en contra de la Iglesia y de las congregaciones religiosas. Los contratiempos no arruinaron su tesón; más bien, lo fortalecieron en su vocación y le ayudaron a poner su confianza en Dios. Estas disposiciones de ánimo son las que mantuvo en el momento decisivo de la entrega de su vida.

Podéis leer su biografía.

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