Por cuarto año consecutivo, el Área de Evangelización Gaudium et Spes ha celebrado su jornada diocesana anual, esta vez con el tema Mi compromiso en una Iglesia en minoría.

Ha tenido lugar en la Casa de la Iglesia-Academia Mariana, durante la mañana del sábado 21 de febrero. Y han participado un buen número de personas procedentes de delegaciones diocesanas, movimientos apostólicos y parroquias, todos ellos vinculados de alguna manera a la evangelización.

Los objetivos de la jornada, según recordó Mónica Cabezuelo, responsable de esta área, son la convivencia, la formación, la participación, formar comunidad y vivir en comunión con todos los cristianos de todo el mundo: los cercanos y los de más lejos, especialmente los que viven su fe en medio de grandes dificultades.

La primera intervención ha ido a cargo del profesor Salvador Escudé el cual ha señalado el pecado de omisión como dificultad de la iglesia actual en la evangelización. Ha animado a todos a aceptar la lectura humana de Cristo y la secularización del mundo, es decir, a no tener miedo de la sociedad, pues, desde diferentes ámbitos se defienden valores cristianos y denuncian las injusticias. Ha planteado también algunos retos, como por ejemplo, trabajar en equipo y tomar decisiones colegiadas. La Iglesia ha ganado credibilidad en la parte social, pero le falta credibilidad en otros temas: la familia, la sexualidad, la mujer... Una ponencia enriquecedora.

La segunda intervención, después de un pequeño descanso, ha estado a cargo de Mn. Carles Sanmartín, delegado diocesano de Pastoral Caritativa y Social, que ha reflexionado sobre uno de los objetivos pastorales diocesanos para este curso "Alimentar juntos la alegría de la fe". Para conseguirlo parte de actitudes, convicción, método y acciones para llegar a concreciones. Entre éstas está el proyecto de las Viviendas sociales del Seminario, ya en su última fase, y otra nueva: hacer que la Casa de la Iglesia de Lleida se convierta en casa de todos. Esto ha tenido eco en los participantes, pues, en el diálogo posterior se ha concretado en un eslogan: La Casa de la Iglesia, el hogar de todos. Y más tarde, la Sra. Tessa Corbella, delegada diocesana de Familia y Vida, en su intervención ha propuesto actividades concretas para hacerlo realidad.

A continuación, el obispo Joan, tras agradecer la participación de todos, nos ha invitado a reflexionar sobre nuestra situación en la Iglesia. Si somos residuo, lo que sobra y no hace provecho, o resto, como el resto de Israel, que son los que quedan y dan nueva vida. También nos ha animado a ser "luz del mundo", "sal de la tierra", y a ir al fondo de la cuestión para dar solución a los problemas, sabiendo que tenemos la garantía del Espíritu. Ha hecho hincapié en creer más y mejor en la fuerza de la Palabra y en sembrar sin cansarnos.

Por último, Mónica Cabezuelo ha hecho referencia al proceso que está atravesando el área. Un tiempo de discernimiento para ver cuál debe ser el proyecto que mueva al área para ponerse al servicio de las necesidades de nuestra diócesis. Actualmente van surgiendo pequeñas iniciativas entre las entidades del área, encaminadas a la preparación de personas en la formación de espacios de fe. Así lo compartieron Emili y Tessa, delegados diocesanos de Familia y vida, como ejemplo del dinamismo del área.

Al finalizar las aportaciones, Joan Carles Nicuesa, delegado diocesano de Apostolado Seglar, informó del Congreso catalán que actualmente se está dinamizando y que tendrá lugar en Poblet el día 3 de octubre; un congreso organizado por la entidad laica XXI www.laicatxxi.cat.

La jornada ha finalizado con una oración basada en la parábola del grano de mostaza; poniendo en manos de Dios nuestro servicio y sintiéndonos acogidos por la Buena Madre.

Conxita López Torres

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