Mn. Gerardo Soler, delegado de Liturgia y Espiritualidad del Obispado de Lleida, nos habla esta semana del Oficio de Lectura, en su sección Liturgia Viva.

Os dejamos el texto a continuación y os lo dejamos en un documento adjunto.

DOMINGO XXI tiempo durante el año (B)

(Domingo del IV discurso eucarístico)

5. El Oficio de lectura

          "El Oficio de lectura se orienta a ofrecer al pueblo de Dios y principalmente a quienes se han entregado al Señor con una consagración especial, una más abundante meditación de la Palabra de Dios y las mejores páginas de los autores espirituales. Pues si bien es verdad que en la Misa de cada día es más rica la serie de lecturas bíblicas, no puede negarse que el tesoro de la revelación y de la tradición contenido en el Oficio de lectura es de grande provecho espiritual. Traten de buscar estas riquezas, ante todo, los sacerdotes, para que puedan transmitir a otros la Palabra de Dios que ellos han recibido y convertir su doctrina en "alimento para el pueblo de Dios" (OGLH 55).

          Es importante y significativo el cambio de nombre. Antes era una celebración que tenía lugar durante la noche, siguiendo los ejemplos de Jesús (Lc 6,12; Mt 14,23.25), y de la Iglesia primitiva (He 16,25; 20,7s), siguiendo los consejos sobre la vigilancia y la oración (Mt 26,41; Lc 21,36; Rom 13,11; 1 Pe 4,7). En la edad media era una de las Horas más importantes para los monjes y para las iglesias principales de Roma, Jerusalén y Milán. Comprendía varios "nocturnos" o divisiones, de acuerdo con las vigilias o partes de la noche. Comenzaba en plena noche, antes del gallo, y duraba hasta el alba. 

          Poco a poco sufrió algunos desplazamientos hasta poco antes de la aurora, "mutata", de donde tomó el nombre de "Ad matutinum" o Maitines. Cuando el clero abandonó la celebración del Oficio en común, siglo X, aparece la práctica anticipada de los Maitines a la tarde del día precedente. 

          "La Hora llamada Maitines, aunque en el coro conserve el carácter de alabanza nocturna, compóngase de manera que pueda rezarse a cualquier hora del día, y tenga menos Salmos y más lecturas" (SC 89c). 

          Algunos pedían la abolición de esta Hora o la sustitución por una lectura libre de la Escritura. El nombre "Oficio de lectura" indica bien claro lo que ha pretendido la reforma litúrgica. "Oficio", que quiere decir verdadera celebración; y "de lectura", de escucha reflexiva y orante de la Palabra de Dios. Lo que se llama la "lectio divina", escucha, diálogo, meditación, encuentro amoroso con el Dios que nos habla. 

Mn. Gerardo Soler

Liturgia viva. Liturgia de las Horas, 23-8-15

 

 

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