El obispo de Lleida, Mons. Salvador Giménez, ha sido el encargado de leer esta tarde, en el Salón de Sesiones de la Paeria, el Pregón de Nadal, con el que la Agrupación Ilerdense de Pessebristes inaugura oficialmente cada año el Ciclo de actividades navideñas.

El obispo Salvador ha centrado su mensaje en animar a vivir las fiestas y las tradiciones, pero yendo más allá de los aspectos culturales, y ha invitado a introducirse en la historia del mismo Señor.

“No queremos convertir la fe en arqueología, ni los templos y catedrales en museos, ni las imágenes que veneramos en productos culturales, ni nuestras procesiones en improvisadas manifestaciones de calle. Lo que hacemos y celebramos es un acto de fe personal en el Señor, que nace en una acción de nuestra Iglesia. Lo que manifestamos es una fe vivida con autenticidad y comunicada con entusiasmo a todo el mundo”.

Nuestro pastor no ha dejado pasar la oportunidad para recordar que estamos celebrando el Año Santo de la Misericordia y nos ha invitado a experimentar con los demás la misericordia que Dios tiene con cada uno de nosotros. “Es una invitación que requiere esfuerzo personal para su realización. A veces nos parece difícil, pero nunca es imposible su cumplimiento. Nos lo garantiza la gracia del Señor y la compañía de tantos hermanos que, con su ejemplo, nos acompañan en el camino de la vida”, ha dicho.

Todo esto permite al obispo Salvador pedir los cristianos que a la vez de vivir las tradiciones no nos mantengamos al margen de la historia del mismo Señor. “Montáis unos escenarios y participáis de unas representaciones que beben de las fuentes de la vida y bañan todo nuestro ser; es una representación que se ha hecho cultura en nuestro pueblo, a lo largo de los años, pero queda actualmente en vuestra comunidad cristiana local como una ayuda y como un servicio a una vida no de apariencias, no de montaje teatral, sino de coherencias, de profundidades, de proximidad y de identificación con Cristo, que nace para nuestra salvación”, ha seguido diciendo

Por su parte y cómo es habitual, el alcalde de Lleida, Àngel Ros, ha buscado una figura del pesebre para generar un paralelismo con el mundo actual. “Todas las figuritas del belén tienen un valor asociado al cristianismo y como tal tienen un valor social”, ha dicho.

Un año, el alcalde Ros se centró en las figuras que caminan hacia Belén, como aquellos voluntarios que trabajan para los demás desinteresadamente; otro, en plena crisis económica, fueron los oficios que se representan en los pesebres, el carpintero y el herrero, quién sirvieron para llamar la atención sobre la problemática del paro en nuestro país; en otra ocasión, las casitas del pesebre sirvieron para reivindicar el derecho de todo el mundo a una vivienda digna.

Este año, el paer en cap ha vinculado la declaración del Año Santo de la Misericordia para hablar del calor humano que necesitan los débiles, los pobres, los desvalidos o cualquier otra persona que necesita ser acogida de alguna manera y que en el pesebre lo encontramos, este calor de las hogueras, o del mismo buey y la mula.  

A continuación, el Cor Joliu ha ofrecido a los asistentes un recital de villancicos, entre los cuales se ha estrenado el titulado ‘La Mare Dolça’, con letra de Mari Carme Mor y música del director del coro Enric Navàs.

El Ciclo de Nadal finalizará el 10 de enero de 2016, en el Auditorio Municipal Enric Granados, con la entrega de los premios a los ganadores de los concursos de pesebres convocados por la Agrupación Ilerdense.

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