Durante el mes de junio, son muchas las diócesis que celebran un día para recordar los misioneros y misioneras salidos de las respectivas diócesis. Nosotros queremos compartir ésta carta de la misionera vedruna Elena Amorós, que salió de ésta diócesis hace 62 años rumbo a Perú y todavía sigue allí.
Des de la delegación de Misiones, damos gracias a Dios por
el buen servicio que ha realizado ésta mujer a lo largo de su vida….¡y lo que le queda por hacer!
En febrero cumplí los "90" y a pesar que tengo la mente clara y me valgo por mi misma necesito para todo más tiempo, asumo mis limitaciones dando gracias a Dios que me conserva la vida y el gozo de poder seguir mi misión de alguna manera.
Llevo ya 62 años en el Perú, y a pesar que la realidad es diferente a la de mi tierra natal, el amor y el deseo de extender el Reino, siempre me han dado fuerzas para todo, el Señor que me llamó, no ha dejado de acompañarme. He trabajado en la Costa y en la Sierra, en Colegios con niñas, en barriadas con mujeres y en la cárcel de varones. Como ya estoy jubilada vivo en la casa central de Lima.
Mi misión es la escucha, la gente necesita ser escuchada y con tantos años de acompañar a tanta gente siguen, viniendo, llamando y escribiendo, así que mi misión continua, atendiendo a los que me visitan, el teléfono y el Internet, vienen exalumnas, mujeres de los barrios y los ya salidos de la Cárcel que son los que más problemas de convivencia tienen, me llevan a sus casas para conversar con sus esposas e hijos.
Actualmente hay mucho problema en la nación, por paros, asaltos, muertes, es necesaria la ayuda del Señor, que a pesar de todo nunca nos deja. El Perú es una nación muy acogedora, solidaria y celebrativa en medio del sufrimiento y la pobreza todo lo celebran.