El anuncio de la muerte del obispo emérito Mons. Ramon Malla Call la madrugada de Viernes Santo ha provocado una oleada de muestras de condolencia, que ha ido recibiendo el obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, tanto de sectores eclesiásticos y laicos como de institucionales y particulares, que demuestran el gran aprecio que se tenía por la figura del prelado qué dirigió durante 31 años la diócesis.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el arzobispo Ricardo Blázquez, y el secretario general de la misma, José María Gil Tamayo, al frente de la mayoría de obispos y arzobispos de todo el Estado, pero también muchos superiores de comunidades religiosas han hecho llegar su pésame a Mons. Piris, personalmente por teléfono o a través de mensajes.

Entre los recibos, destacar la carta del superior general de los Misioneros Claretianos, el padre Josep María Abeja, leridano que fue ordenado presbítero por el obispo Malla. En su carta, recuerda como fue éste quién lo animó a continuar la tarea misionera en Japón.

De todas las notas de pésame recibidas, está previsto que se haga referencia al final del funeral, al cual ya han anunciado su presencia la mayoría de miembros de la Conferencia Episcopal Tarraconense, con su presidente, el arzobispo Jaume Pujol, al frente, y el cardenal Lluís Martínez Sistach. También han confirmado su presencia el obispo de Calahorra-Logroño, Juan José Omella, con quien Mons. Malla coincidió el último mes de su episcopado, cuando aquel fue nombrado titular de la diócesis de Barbastro-Monzón. También está previsto que asista el abad de Montserrat, Josep Maria Soler.

Entre los cargos institucionales que han anunciado la asistencia al funeral, que empezará el Lunes de Pascua, 21 de abril, a las 11 de la mañana, en la Catedral Nova de Lleida, hay que destacar, el conseller de Agricultura, Josep Maria Pelegrí; el ministro andorrano de Asuntos Exteriores, Gilbert Saboya, y el síndico general de Andorra (presidente del Parlamento), Vicenç Mateu, además de las autoridades locales.