El pueblo de Llardecans (Segrià) celebró el pasado 10 de diciembre la fiesta de su Patrona la Virgen María de Loreto. Lo hizo cómo es tradición en la capilla-santuario que se quedó pequeña por los lugareños y gentes de otros pueblos vecinos.

A las 12 del mediodía, se celebró una solemne Eucaristía presidida este año por el obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, y concelebrada por el rector de Llardecans e hijo del pueblo, Josep Mª Cebrià, y otros preveres de las parroquias vecinas y del arciprestazgo. Entre los concelebrants había también otros dos sacerdotes nacidos en el pueblo, Mn. Jordi Martí, rector de Juncosa y Els Torms, y Mn. Josep Miarnau, que, a 96 años, es el sacerdote de más edad del obispado de Lleida.

A la celebración religiosa, asistió el alcalde de la población, Miquel Sas, y los concejales, así como el director de Governació i Relacions Institucionals de la Generalitat, Jordi Curcó, además de representaciones de todas las entidades sociales de la población, entre ellos la Cooperativa de l’Oli Mare de Déu de Loreto, que ofrendó a la Patrona con el primer aceite de la presente campaña.

El obispo Joan en su homilía se refirió en María como prefiguración de la Iglesia, definiéndola como la mejor mediadora ante Dios. Tuvo también palabras de felicitación para el pueblo de Llardecans por conservar viva su devoción a la Virgen de Loreto, calificándolo de algo importante e invitándolos a no perder nunca el ambiente familiar y de hogar, en torno a la Patrona, advocación mariana que nos evoca la casa y hogar de Nazaret.

La leyenda del hallazgo de la Virgen de Loreto de Llardecans nos explica que fue un soldado quién de regreso de una guerra, habiendo llegado a las afueras del pueblo, donde pasó la noche, el día siguiente dejó en el lugar una imagen de la Virgen María, que traía en su mochila de campaña. Allí se encontró y fue venerada con el nombre de Loreto “Casa de María”.

Finalizada la celebración y después de cantar la Salve, Mons. Piris, acompañado por las autoridades, subió a venerar a la Virgen en su camerino mientras la Coral y el pueblo entonaron los populares Gozos.

A continuación, se trasladó al Ayuntamiento para firmar en el libro de honor, donde dejó constancia por escrito de su reconocimiento hacia el pueblo de Llardecans, por haber sabido preservar la devoción a su Madre y Patrona, deseándolos puedan encomendarse por muchos años más.

La mañana de la fiesta de la Virgen de Loreto se completó simbólica y festivamente cuando dos avionetas cruzaron varias veces entre las nubes, a manera de saludo y veneración, por encima el santuario, de la que es a la vez excelsa Patrona de la aviación.

Podéis ver más fotos de la fiesta en este enlace.