El próximo domingo 17 de noviembre celebraremos unidos el día de Hermandad, que con el lema “La Iglesia con todos, al servicio de todos” tiene como finafildad sensibilizar a la sociedad civil a ayudar en el sostenimiento de la Iglesia.

La jornada tiene básicamente tres finalidades: informar sobre la economía de la Iglesia diocesana, para que los fieles tomen conciencia cada vez más de su responsabilidad y compromiso en relación a la financiación de la misma; conseguir nuevos recursos económicos para el Fondo Común de la Diócesis, para lo que se hace una colecta extraordinaria y se invita a hacer unas suscripciones, y hacer realidad la comunicación cristiana de bienes entre las parroquias de nuestro Obispado y las diversas instituciones diocesanas.

Con motivo de esta día de Hermandad, la Diócesis de Lleida ha editado un folleto en el que informa y pasa cuentas sobre su presupuesto.

El último ejercicio, correspondiente a 2012, la Diócesis tuvo unos ingresos de 3.779.860, 76 euros, que llegaron de la siguiente manera:

Las aportaciones voluntarias y de los fieles supusieron un 26,51% del total ingresado. Esta partida corresponde a las colectas parroquiales, cuotas, suscripciones, limosnas y herencias y legados que entregan los fieles.

La asignación tributaria, aportación de la Campaña de la X en la Declaración de Renta, supuso el 42, 98 % del total de los ingresos. Otro 15,12 % es de la partida de ingresos corrientes (servicios que se realizan, subvenciones públicas corrientes y otras aportaciones de instituciones diocesanas).

Los ingresos extraordinarios, fruto de las alienaciones de patrimonio y de préstamos recibidos, representan un 11, 37 % del presupuesto. El restante 4,02 % de lo que recibe la Diócesis de Lleida es de los alquileres de algunos inmuebles y otros rendimientos de activiades financieras.

Los gastos del año 2012 sumaron 3.779.860,76 euros, que se distribuyen de la siguiente manera:

Las acciones pastorales y asistenciales representan el 21,04 %. En esta partida se contemplan las activiades pastorales de catequesis, litúrgicas, caritativas y sociales, además de los gastos de funcionamiento y suministros. Aquí consta también la cantidad librada por Cáritas, Misiones, Manos Unidas, Seminario y otros.

Las retribuciones y gastos sociales de los sacerdotes (salarios y seguridad social de los presbíteros) significan el 33,96 % de presupuesto, mientras que el gasto por el mismo concepto de los trabajadores y personal seglar vinculado a la Diócesis es el 6,39 %.

La conservación de los edificios de la Diócesis (reparación y conservación de templos parroquiales y otros edificios destinados a la actividad pastoral) se lleva el 36,99 %.

Cifras menores son las de los centros de formación (aportación de Obispado al seminario, universidad, colegios y centros educativos diocesanos), un 1,19 %, y la capacidad de financiación, un 0.43 %.

El obispo Joan ha dirigido una carta a los fieles donde explica el significado de este día y pide su ayuda. “Es una llamada a poner en común nuestros bienes de manera significativa para intentar garantizar el sostenimiento de la Iglesia de la cual somos todos miembros vivos”.

En su carta, Mons. Piris dice que, a pesar de las dificultades actuales, “es necesario poner en común nuestras pobrezas para poder asegurar también mejor nuestros servicios”, y recuerda que, desde diciembre de 2006,”la financiación de la Iglesia Católica en España depende únicamente de las asignaciones directas que hacemos a través del IRPF y, sobre todo, de los donativos, colectas y limosnas voluntarias”.

Nuestro Obispo nos recuerda que “somos miembros de la Iglesia que quiere responder generosamente con palabras y hechos, haciendo evidente que la fe en Jesús es fuente de garantía y realización personal, de humanización para la sociedad y de solidaridad efectiva con los más débiles”. Este argumento sirve al obispo Joan para comentar el caso concreto del proyecto de las viviendas sociales del Seminario para familias desahuciadas y en riesgo de exclusión, impulsado por el Obispado con un grupo de voluntarios y de la PAH.

El obispo Joan concluye su carta afirmando que ayudando a la Iglesia ganamos todos. “Para mantener y garantizar las diferentes actividades de servicio y para sostener las responsabilidades pastorales y el culto necesitamos una aportación suficiente y continua”.