El padre Gerard Soler, delegado de Pastoral Litúrgica del Obispado de Leida y rector de la parroquia de Santa María de Gardeny, ha estado impartiendo un taller de liturgia en Tegucigalpa por expreso deseo del cardenal Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, que ha tenido un gran éxito de participación. No sólo asistió el mismo cardenal, sino que dos obispos –Mons. Darwin y Mons. Bonello– se unieron a las 350 personas que se congregaron en la Casa de Ejercicios de Tegucigalpa. La Universidad Católica de Honduras y el Canal 48 de la televisión también solicitaron la participación del padre Gerard.

El sacedote de Santa María de Gardeny quedó sorprendido al ver que el rector hacía rezar a las personas que llenaban a rebosar el aula magna del centro antes de dar paso a su conferencia. Pero es que, antes de iniciar el viaje de vuelta, era invitado a los estudios televisivos para explicar a los trabajadores que se encargan de retransmitir las ceremonias de la eucaristía cuáles eran las partes más importantes de la misa, para que pudieran captarlas adecuadamente con las cámaras. 

La labor del padre Gerard Soler no acabó aquí, pues antes de salir del Canal 48 grabó 34 microespacios, de un minuto cada uno, en los que explicaba las partes más importantes de la celebración de la eucaristía.

El delegado de Pastoral de Liturgia y Espiritualidad del Obispado de Lleida fue llamado inicialmente para explicar la ordenación general del misal romano. “Éste era un deseo expreso del cardenal Madariaga”, explica mosén Gerard al justificar sus talleres litúrgicos que fueron calificados de “exitosos”por la prensa hondureña.

El padre Gerard quedó impresionado por el fervor religioso de aquel país, que encabeza el ránquing de violencia del mundo y que tiene el 70% de la población subalimentada. “Son unos hambrientos de la religión y se refugian en ella, porque les ayuda a superar una situación donde la vida no tiene sentido”, dice.

“Se vive en una atmósfera de odio, y yo le preguntaba al cardenal qué se podía hacer”, sigue narrando el padre Soler.“Eso no tiene remedio mientras los ricos y los gobernantes no se conviertan, porque el país tiene recursos propios”, le respondió el cardenal Madariaga, quien constantemente está custodiado por un soldado.

El viaje a Honduras permitió al padre Gerard Soler compartir mesa con el cardenal, uno de los hombres más próximos al papa Francisco –“estando yo en su casa, en Tegucigalpa, una de las sirvientes cogió una llamada del Papa preguntando por él”, explica–, y conocer detalles de algunas de las cosas que hoy son noticia.

“La necesidad de reformar la curia vaticana es una cosa que salió en el Precónclave, porque hay tantos filtros para acceder al Papa que éste no está informado de muchas cosas que pasan, de las que ni se entera. Dicen que el escándalo de la fundación de los Legionarios de Cristo fue algo de lo que nadie informó a Juan Pablo II. Esto es lo que se quiere arreglar, que cualquier cardenal pueda llegar al Santo Padre y no haya un secretario de Estado que lo impida”, dice el padre Gerard.

Según él, no obstante, el cardenal Madariaga –uno de los ocho nombrados por el papa Francisco para llevar a cabo la reforma de la curia vaticana– no será el futuro secretario de Estado. “Una sobrina suya me dijo que no lo sería. Él tiene ahora mucha faena. Viaja por todo el mundo. Estos días que estuve en Honduras, fue a México y a El Salvador, y a la semana siguiente iba a Estados Unidos. Es un hombre sencillo, próximo, nada prepotente, ni creído”, acaba diciendo el mosén ilerdense para explicar que rechazaría el cargo si el Santo Padre se lo propusiera.