La Parroquia de Sant Pere, en el corazón de Lleida, ha acogido este último miércoles, 11 de marzo, una triple celebración en un mismo día. Por un lado, el aniversario de la beatificación de Francesc Castelló; por otro, el inicio de las 24 horas de Plegaria, que este año han estado ofrecidas especialmente a la Iglesia perseguida en el mundo, y en tercer lugar, al coincidir el la jornada con la misa mensual de la Hospitalidad de Lourdes.

Así lo explicó el delegado diocesano de Liturgia y Espiritualidad y, a la vez, postulador de la causa pro canonización de Francesc Castelló, Mn. Gerard Soler, en una iglesia abarrotada, antes de que el obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, empezara la celebración eucarística, que estuvo concelebrada por varios sacerdotes, entre los que se encontraban los dos vicarios de la diócesis y, también, dos jesuitas, llegados del Instituto Químico de Sarriá. 

Hemos de recordar que Francesc Castelló se formó como químico en este centro, un oficio que ha motivado recientemente que los colegas brasileños lo hayan elegido su patrón.

Antes de iniciarse la celebración de la eucaristía, Mn. Gerard leyó el decreto del obispo Joan, por el cual nombraba Francesc Castelló copatrón de los pesebristas de Lleida, y hacía entrega del mismo al presidente de la Asociación Ilerdense de Pesebristas, Àngel León.

Mn. Soler recordó que la misa también era en recuerdo de Maria, la hermana de Francesc Castelló, y de la señora Anna Solans, miembro de la Comisión pro Canonización del beato, fallecidas recientemente.

En su homilía, el obispo Joan, recogiendo las palabras del Papa Francesc, animó a los fieles a romper con la esclerosis de vivir encerrado en un mismo círculo y a salir al encuentro de los demás, como había hecho el beato Castelló en su tiempo: dando tesimonio y, a la vez escuchando a los demás, para estar dispuestos a dar respuestas como cristianos, fue su mensaje.

Al acabar la eucaristía y exponerse el Santísimo, empezó el velatorio de plegaria, que concluiría 24 horas después, con la intervención de dos testimonios de la persecución que sufre la Iglesia hoy.