“La acción caritativa y social no es el “florero” de la Iglesia. Es la cara más conocida, la más agradecida por la sociedad, pero es la misma cara de siempre. Y es que sólo tenemos una cara en la Iglesia”. Con estas palabras empezaba el obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, el mensaje de clausura de la IV Jornada anual de la Red que engloba a las catorce entidades vinculadas a la Diócesis de Lleida.

Al mismo tiempo, reconocía que la pobreza era una de las enfermedades crónicas de nuestra sociedad, “un virus que está atacando a personas y familias enteras, al que hay que plantar cara”, decía el obispo de Lleida, recordando un intervención del director de Cáritas diocesana, Ramón Baró, quien había alertado de la existencia de una pobreza estructural reocupante, incluso en los momentos de plena bonanza económica.

El obispo Joan, que participó activamente en los talleres organizados durante la mañana en el Colegio Maristas Montserrat, donde se desarrolló el encuentro, en el momento de la despedida recogió algunas de las aportaciones que habían hecho los voluntarios que se habían reunido para debatir desde diferentes perspectivas “¿Cómo trabajar hoy el cambio social desde la Red?”, título con el que se había bautizado la jornada.

La formación es algo fundamental para la labor de los voluntarios, seg´n Mons. Piris. “Ho hay que hacer un máster, pero es necesario adquirir la capacidad de hacer bien las cosas”.

También se detenía a comentar las conclusiones de otro taller de la jornada, que había debatido sobre la necesidad de continuar o romper con el actual modelo de hacer las cosas y de relacionarse con las Adiministraciones. “La rutina, a veces, tiene mala prensa”, decía, al tiempo que sugería una evaluación permanente para no caer en el continuísmo o para dar un giro y un cambio cuando es conveniente.

El dilema de qué pasaría si las entidades caritativas y sociales dejasen de prestar los servicios que ahora dan, y la permanente denuncia social para mejorar las cosas, algo que afecta a más gente y colectivos que no solamente a las Administraciones – “el asunto de las hipotecas tiena más responsables”, citaba el obispo Joan como ejemplo – han sido otros temas que no se dejaron de comentar.

Mons. Piris manifestó que teníamos que ser conscientes de que no podríamos solucionarlo todo, pero sí que teníamos a nuestro alcance la posibilidad de intentar mejorar nuestro entorno, y hacía un llamamiento a nuestras conciencias. “A veces hacemos culpable de las cosas a la sociedad, pero la sociedad somos también nosotros”, recordaba el obispo Joan, que agradecía el nacimiento, crecimiento y desarrollo de la Red de Entidades, a la cual animaba a seguir trabajando y a no desfallecer en los momentos de debilidad. “Olvidémonos de si somos muchos o pocos. Recordad que todo esto empezó sólo con doce. Y ya hace más de dos mil años que dura”.

La jornada anual de la Red tenía como objetivo reflexionar sobre “nuestro papel como cristianos en la actual situación de crisis”, y buscar “los nuevos caminos que hemos de seguir para mantenernos fieles a las personas que la padecen, estar lúcidos para analizar las causas que la provocan y mantienen, y ser atrevidos para luchar por un cambio que ayude a superarla”.

La jornada ha trabajado alrededor de cinco talleres, estando coordinados y animados cada uno por una de las entidades de la Red. Estos talleres han sido: “Atención a las personas-Denuncia”, animada por Esclat-Santa Teresina; “Asistencia y Empadronamiento”, a cargo del centro asistencial San Juan de Dios; “Trabajo Comunitario y Dependencia de las Administraciones”, de la cual se ha hecho cargo Cáritas; “Continuidad o Ruptura”, que ha sido asumido por “Arrels/Sant Ignasi”, y “Compromiso y Militancia”, que ha moderado el Centro de Orientación Familiar (COF).