La Diócesis de Lleida cuenta en la actualidad con cuatro diáconos permanentes, tal como recoge Aureli Ortín en un estudio que acaba de ver la luz bajo el título La renovación del ministerio diaconal el 50 aniversario del Concicli Vaticano II (CPL editorial).

Pero este número podría verse incrementado en un breve, dado que se están acabando de formar otras tres personas para este ministerio.

Estas personas se añadirían al grupo que ahora constituyen Mateu Hidalgo Sannicolás, Julián Manzano Lorenzo, Plácido Burgués Español y Antonio Ruiz Corpas.

En total, a día de hoy, en las diócesis catalanas hay 117 diáconos permanentes. La de Barcelona es la que dispone de un número más elevado (42), seguida por la de Sant Feliu de Llobregat (18), y las de Terrassa y Vic, ambas con 12.

Las tres diócesis del territorio leridano son las que registran un número menor. La de Urgell sólo tiene 3 y la de Solsona, 5.

Aún así, el número de diáconos catalanes es proporcionalmente superior al del resto de España, donde Ortín ha contabilizado 395, siendo las diócesis de Sevilla (56), Madrid (29) y Huelva (17) las que tienen más.

En el resto del mundo hay 42.316 diáconos permanentes, siendo los Estados Unidos los que más contabilizan (17.501), seguido a mucha distancia por Italia (4.191) y Brasil (3.182). De hecho, sólo la mitad de las diócesis católicas del mundo han implantado la figura del diácono permanente, desde que se instituyó al Concilio Vaticano II. Hasta entonces, la figura del diácono estaba prevista sólo como un paso previo a la ordenación sacerdotal.

Los padres de la Iglesia establecieron en 1965 no sólo el ejercicio del ministerio diaconal con carácter permanente, sino que éste podía ser conferido a jóvenes idóneos, que cumplieran con la ley del celibato, pero también a hombres en edad madura, aunque estuvieran casados.