Las escuelas Terraferma y Arabell han querido rendir un homenaje a los abuelos y abuelas que hicieron posible que la escuela prosperara y lo que es más importante, que su familia fuera partícipe de la educación que se daba.

El Terraferma se fundó en 1967, ahora hace casi cincuenta años. Cómo es sabido, un grupo de padres quisieron impulsar un centro donde se impartiera formación cristiana de primera calidad sin dejar de banda la excelencia académica. Han pasado los años, y muchos de los primeros alumnos que pasaron por la escuela han vuelto a escoger estos centros para sus hijos, tal y como hicieron sus padres.

Por este motivo, desde las escuelas se ha querido rendir este fin de semana un reconocimiento a los abuelos y abuelas.