Los días 22 a 25 de septiembre tuvo lugar en Roma la peregrinación mundial de los catequistas con motivo del Año Jubilar de la Misericordia. De nuestro obispado fuimos tres personas, dos catequistas y un diácono,...

que nos añadimos al grupo organizado por el SIC (Secretariado Interdiocesano de Catequesis de Cataluña y las Islas Baleares) formado por unos cuarenta catequistas y acompañantes.

En Roma pudimos cumplir con las condiciones imprescindibles para ganar el jubileo: confesión, camino y entrada por la Puerta Santa y Eucaristía. Para centrarnos en el objetivo del viaje y meditar sobre nuestra labor como catequistas, el día 23, en la iglesia de San Andrés del Valle nos hicieron unas catequesis sobre el cuadro de Caravaggio «La vocación de San Mateo ». Asistimos unos 700 catequistas de habla hispana de todo el mundo.

La celebración del perdón se hizo en la iglesia de San Juan de los Florentins, donde después de la lectura de textos del Evangelio y meditación se expuso el Santísimo y muchos sacerdotes castellanohablantes confesaron a todo aquel que lo deseara.

Caminar hacia el templo lo hicimos a continuación, siguiendo un trayecto que el Vaticano ha habilitado para los peregrinos. Este camino va desde el castillo de San Ángel hasta la tumba del apóstol San Pedro. Durante el camino había cinco puntos de parada para reflexionar y orar. El grupo iba encabezado por una cruz con el símbolo del Año de la Misericordia y a lo largo del recorrido había unos carteles con los nombres de 33 catequistas que se han convertido santos.

El momento culminante de la peregrinación fue la celebración de la Eucaristía en la plaza de San Pedro presidida por Francisco. El Santo Padre nos dirigió palabras de agradecimiento y nos alentó a llevar a cabo nuestra tarea sin perder de vista en nombre de quien lo estamos haciendo.

Además de estos de estas celebraciones también pudimos visitar las otras 3 basílicas papales: San Pablo Extramuros, Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Y atravesar sus Puertas Santas, claro. También visitamos otras iglesias y monumentos de la ciudad de Roma (las catacumbas de Priscila, el Pantheon, la Fontana de Trevi, el Coliseo ...).

En muchos momentos de nuestra peregrinación contamos con la compañía del sr. obispo Sebastià Taltavull, obispo auxiliar de Barcelona, y también de muchos sacerdotes de diferentes puntos de nuestro territorio. Algunos de ellos, en algún momento, nos han hecho de guías turísticos. Como grupo, tuvimos un muy especial. Celebramos la Santa Misa en la capilla de la residencia donde nos alojábamos, presidida por el obispo Taltavull y concelebrada por todos los sacerdotes catalanes que se encontraban en Roma aquellos días.

Hemos vuelto con los cuerpos bien cansados pero con los corazones reconfortados y llenos de energía para encarar el nuevo curso.

Damos gracias a Dios.