El Obispo de Lleida, Salvador Giménez, arrancó el pasado lunes 12 de marco las charlas cuaresmales en la parroquia de Sant Pere con título 'Invitación al seguimiento de Jesús en la vida de cada día" que organiza el arciprestazgo de la Seu Vella.

El Obispo Salvador recordó que "cada uno de nosotros vivimos las cosas de una manera pero deseamos estar unidos en Cristo del Evangelio". El prelado destacó que "en toda reflexión cristiana hay dos niveles: el personal y el comunitario". Instó a los fieles a "vivir con gozo nuestra fe". "Si no vivimos con alegría nuestra fe, difícilmente podremos predicar".

En este sentido apostó por tres movimientos interiores: detenerse para discernir qué pasa en el mundo; apostar porque acoger y acompañar sea el centro de la vida comunitaria y hacer una llamada a la conversión.

El Obispo Salvador animó a los asistentes a "no tener miedo de convertirse al Señor". "El mundo y la Iglesia confluyen en la misma mirada que el hombre contemporáneo camine hacia Dios", dijo. 

El prelado destacó que "la Iglesia es la comunidad de los Hijos de Dios que siempre está en camino, no se puede detener por desánimo". "La comunidad de hijos de Dios, siempre en compañía de Dios, que está siempre pendiente si alguien es despistado o tiene desánimo", dijo.

El Obispo Salvador afirmó que "la Iglesia siempre está en reforma". "No nos quedamos en que algo se ha hecho siempre así". "La Iglesia siempre debe ser reformada porque está llena de pecado", añadió. "Si no cambiamos nada de nuestras vidas, nuestras comunidades estarían paradas en el siglo II o en el siglo XII", agregó.

En este sentido destacó que "la Iglesia ha de ir reformando constantemente, tenemos que cambiar las actitudes, pero el credo es constante". "En cualquier reforma de la Iglesia debemos tener presente a Cristo", dijo. El Obispo recordó varios conceptos clave del Concilio Vaticano II. A continuación, recordó que "pensamos demasiadas veces que la Iglesia está desacreditada".

Además, hizo un llamamiento a las parroquias para que sean "misioneras y acogedoras". "Evangelizar no es hablar mucho para convencer a todos, sino ser auténticos testigos de Cristo resucitado", dijo. Además, el Obispo Salvador puso varios ejemplos bíblicos de esta actitud acogedora. Por último recomendó a las parroquias "hacer una parada para discernir la realidad y contemplar los signos de los tiempos".

En este sentido recordó que los signos de los tiempos pueden ser "contradictorios". Y recordó que existe un intento de "prescindir de Dios". Por otra parte, recordó que hay signos de los tiempos positivos como "un concepto de solidaridad más, el amor por la naturaleza, una mayor formación en la fe y el cuidado de las celebraciones". Para concluir hizo un llamamiento a "trabajar por la comunión en nuestras parroquias".