Las diócesis de Cali y Lleida quieren fortalecer todavía más sus relaciones, que se iniciaron hace cincuenta años con la tarea misionera de sacerdotes leridanos y que ahora se traduciría en el intercambio de laicos y seminaristas, según las negociaciones que han mantenido el obispo Piris y el arzobispo Darío de Jesús Monsalve, de visita en nuestra diócesis, camino del Vaticano, donde asistirá a la canonización de la madre Laura Montoya, primera santa colombiana. El arzobispo, antes de partir hacia Roma, nos concedió una entrevista que podéis seguir clicando aquí: https://vimeo.com/65762589.

 

Monseñor Monsalve ha querido visitar Lleida para fomentar las ya estrechas relaciones de cooperación existente entre ambas diócesis, que se iniciaron hace casi medio siglo, y para saludar a los dos sacerdotes colombianos, que están desarrollando trabajos pastorales en parroquias del Baix Segrià (Julio Enrique Galvis, corrector parroquial de Alcarràs, y Jorge Emerson Ruiz, rector de La Granja d'Escarp, Seròs y Massalcoreig).

El arzobispo colombiano también ha concelebrado con monseñor Piris la misa del encuentro anual de la asociación de la gente mayor y jubilados Vida Creixent, que ha reunido casi un millar de personas. Además de visitar La Seu Vella, el Palacio Episcopal y el Museo de Lleida Diocesano y Comarcal, también ha tenido tiempo para saludar a la madre del padre Joan Miquel Martínez, uno de los cuatro sacerdotes de la Diócesis de Lleida que permanece a Cali, donde realiza su tarea pastoral desde hace una veintena de años.

Fruto de la visita de monseñor Monsalve ha nacido la voluntad por parte de las diócesis de Cali y de Lleida de formalizar un convenio para consolidar todavía más las relaciones existentes. ”Además de mantener un equipo de sacerdotes que colabore en las parroquias de Lleida, se ha empezado a reflexionar sobre un intercambio de laicos, que fueran a Cali a conocer la realidad de la Iglesia de aquel país, y de seminaristas colombianos, que pudieran hacer el año apostolar en Lleida y de paso conocer la realidad catalana”, ha explicado el arzobispo en una entrevista concedida a la Delegación de Medios de Comunicación del Obispado.

Actualmente, en Cali hay cuatro sacerdotes leridanos, algunos de los cuales han decidido quedarse definitivamente, y en Lleida, hay dos, de colombianos, que pueden ser tres o cinco más en un futuro, según el propio monseñor Monsalve, el cual recordaba que la huella leridana en su país tiene orígenes muy lejanos, cuando Sant Pere Claver, nacido en Verdú (L’Urgell) fue de misionero. Este jesuita es muy querido en Colombia, pues es el patrón de los derechos humanos de aquel país por haberse destacado como defensor de las libertades de los esclavos negros.

Monseñor Monsalve también ha hablado de la realidad social de su país, donde considera que se ha institucionalizado la violencia. “Ciertamente estamos sufriendo una crueldad sin límites tanto de los paramilitares como de los narcotraficantes. Toda esta cultura de la ilegalidad, corrupción y violencia es una herencia demasiada pesada que se arrastra del conflicto armado, que a su vez heredó del conflicto político partidista, y que ha acabado echando raíces en la estructura social del país”.

El arzobispo ha denunciado prácticas de limpieza social sólo por cuestión identitaria, porque “de una forma maniquea, hay quién piensa que los otros son malos y se cree con el derecho de poder asesinar”.

Desde que llegó al Arzobispado, el pastor de la Diócesis de Cali ha hecho diferentes llamamientos a favor de la paz: a los negociadores del Gobierno y de la guerrilla de las FARC que se reúnen en La Habana, para que pactaran una tregua para poder celebrar sin violencia la Semana Santa, y a los líderes de las bandas ciudadanas, ofreciéndose como mediador para reinsertarlos a la sociedad. “Hemos tenido varios contactos, pero también tenemos que ser muy respetuosos con la advertencia del Gobierno colombiano de no iniciar ninguna negociación ni tomar ningún acuerdo que no pase por el respecto a la Justicia”.

Sin embargo, monseñor Monsalve ha denunciado un sentimiento egoísta del Gobierno por querer capitalizar la paz y ha interpretado el silencio y la falta de transparencia de las negociaciones de La Habana, como un juego donde se esconden intereses electoralistas. Por otra banda, el arzobispo ha dicho que la Iglesia colombiana también tiene que definir claramente el camino que quiere seguir en la construcción de la paz. De momento, valoraba positivamente la tarea que se está haciendo desde la Vicaria de la Reconciliación en algunos barrios de Cale donde se ha instalado la violencia entre las bandas organizadas. “Mantenemos contactos en diferentes frentes, no sólo con los grupos armados entre sí, sino también con las víctimas y el líderes de los barrios, para poder llegar algún día al desarme y la reinserción”, ha dicho.

El obispo de Lleida, monseñor Joan Piris, que ha acompañado al arzobispo en la entrevista, ha destacado la relación entre ambas diócesis y ha dicho que ésta también es una manera de comunión entre las iglesias de Cali y Lleida. “Allí están agradecidos por la tarea de los sacerdotes que fueron a Colombia antaño y ahora nosotros también nos beneficiamos de que ellos vengan a ayudarnos y a integrarse en nuestra lengua y cultura. Son dos diócesis muy diferentes, la suya más urbana, la nuestra más rural, pero yo lo valoro como una comunión de bienes providencial que a partir de ahora todavía dará más frutos”, ha dicho nuestro pastor, el cual al hablar del futuro convenio ha añadido: “No sé si les beneficiará más a ellos o a nosotros, pero eso es lo de menos, porque los dos trabajamos por el mismo amo”.

Antes de marchar hacia Roma, monseñor Monsalve nos ha dejado un mensaje, ante la grave situación que pasan muchas personas por la crisis económica. El arzobispo, conocedor de la tarea que están haciendo las entidades cristianas en el terreno social, ha dicho que ”el camino de la solidaridad, el poner en práctica una cierta virtud de pobreza y austeridad, será muy importante en un futuro. No tengo ninguna duda que España y Europa se reharán con esta experiencia de reencuentro con Jesús en los hermanos más pobres, lo cual permitirá que la Iglesia sea identificada con lo que predica el papa Francisco. Una Iglesia más pobre y más para los pobres”.

Jordi Pérez

(Encontraréis la entrevista entera en la sección Audiovisuales, de esta misma página)